Kofi Annan no aceptará maniobras dilatorias por parte de Irak. El secretario general de la ONU remitió ayer una carta a Bagdad en la que deja abierta la posibilidad de que Hans Blix, el jefe del equipo de inspectores sobre el desarme iraquí, responda a la invitación del Gobierno de Sadam Husein y viaje a Irak. Pero agregó que ese viaje debe ser 'compatible' con el retorno de todos los inspectores, expulsados en 1998, y rechazó cualquier nueva precondición iraquí sobre los métodos para investigar si, como se sospecha, Sadam posee los arsenales de armas de destrucción masiva y el programa nuclear que la propia ONU le prohibió tras la guerra del Golfo.
El secretario general trató de hacer compatible la presión estadounidense -que apunta a la destrucción del régimen iraquí por medios violentos- con el rechazo de numerosos países, encabezados por Rusia, a una nueva guerra contra Irak. En una breve comparecencia ante la prensa, dijo que sería 'muy inapropiado' lanzar un ataque sobre Irak 'en las actuales circunstancias'. Pero se negó a renegociar el mecanismo de actuación de los inspectores de la ONU, en caso de que pudieran regresar a Irak, para evitar que la oferta de Sadam agrave las divisiones existentes en el Consejo de Seguridad.
Irak propuso el pasado fin de semana que Hans Blix viaje a Bagdad, con varios ayudantes, para discutir los métodos de actuación de los inspectores y las preguntas a las que el Gobierno de Sadam debería responder, antes de que éstos fueran autorizados a regresar. Una resolución emitida en 1999 por la ONU establece, sin embargo, que todas esas cuestiones deben ser decididas por el equipo inspector sobre el terreno y ratificadas por el Consejo de Seguridad, sin que Irak pueda fijar condiciones previas. 'Si el viaje de Blix es compatible con la resolución de 1999, lo contemplaré desde un punto de vista diferente', dijo ayer Annan.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de agosto de 2002