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EE UU suprimirá la cooperación militar con los países que no den inmunidad a sus tropas

El Gobierno de Estados Unidos está dispuesto a presionar todo lo que sea necesario a los países integrantes de la Corte Penal Internacional (CPI) para conseguir que sus soldados y funcionarios en el exterior gocen de inmunidad ante posibles acusaciones por crímenes de guerra. Una ley antiterrorista aprobada la pasada semana permite al presidente de EE UU, George W. Bush, suprimir la ayuda militar a los aliados que se nieguen a garantizar la inmunidad de los estadounidenses, y Washington ha empezado ya a amenazar con ese instrumento de presión.

La principal dificultad para distribuir la ayuda es el sistema de controles del Ejército israelí

Numerosos diplomáticos han expresado su malestar por la arrogancia de EE UU. El apartado de la ley que condiciona la ayuda militar a la firma de un tratado bilateral, por el que el país receptor se compromete a no acusar nunca a un ciudadano estadounidense ante la CPI, fue redactado por Tom DeLay, el ultraconservador líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, y aprobado por una amplia mayoría de ambos partidos. "Ya hemos dicho muchas veces que haríamos lo necesario para proteger a los miembros de nuestros servicios frente a ese tribunal de delincuentes", declaró al rotativo estadounidense The New York Times un portavoz de DeLay. Bill Clinton firmó, con reservas, el tratado por el que se creó la CPI, pero George W. Bush se desvinculó totalmente del tribunal, con el argumento de que podría ser utilizado para perseguir a ciudadanos de EE UU por razones de resentimiento político.

Sólo los miembros de la OTAN y algunos otros aliados estratégicos, como Israel, Egipto, Australia, Japón y Corea del Sur, podrán seguir recibiendo ayuda militar aunque no firmen el tratado de inmunidad. Israel, sin embargo, se ha apresurado a suscribir un acuerdo bilateral por el que se compromete a no acusar jamás a un estadounidense, a cambio de que Washington no acuse a un ciudadano israelí.

Rumania es el otro país que ha firmado ya un acuerdo bilateral, con la intención de ganarse el apoyo de EE UU ante su petición de ingreso en la OTAN. . El Gobierno italiano de Silvio Berlusconi, por su parte, está considerando firmar, para "reforzar la amistad" italoamericana.

El Departamento de Estado ha convocado en los últimos días a grupos de embajadores extranjeros para informarles sobre la nueva ley y la conveniencia de que firmen tratados de inmunidad si sus países quieren seguir recibiendo ayuda militar. El Gobierno de Noruega, muy activo en la defensa de los derechos humanos y uno de los principales impulsores de la CPI, ya ha expresado su rechazo a la exigencia de EE UU. El ministro de Asuntos Exteriores, Jan Petersen, declaró que las condiciones de Washington eran "inaceptables". "Realmente, estamos tratando de una forma muy torpe a nuestros amigos", dijo a su vez James Steinberg, vicepresidente de la Brookings Institution y ex asesor de Bill Clinton.

Prácticamente todos los países del mundo reciben ayuda militar estadounidense, salvo Irán, Irak, Cuba y el resto de los incluidos en la lista de "países terroristas" del Departamento de Estado.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 11 de agosto de 2002

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