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Chinchón abre su plaza a los bravos recortadores de novillos

La villa anisera festeja el verano con corridas y verbenas musicales

La villa de Chinchón, apenas a medio centenar de kilómetros al sur de Madrid, ofrece estos días a moradores y foráneos un abanico de fiestas en honor de la Virgen de Gracia y de San Roque. Arriba, en la plaza de armas del castillo, Amaral y La Unión, esta noche y el sábado, actuarán para el público a medianoche, precedidos por fuegos artificiales, informa Mercedes Santos.

Pero en el centro del pueblo, las emociones que aguardan serán aún más fuertes. La plaza abalconada, cerrada en 1683, será escenario hoy jueves de una novillada sin picadores y, el sábado, del VII Concurso Nacional de Recortadores con Toros en Puntas Ciudad de Chinchón.

Es el recorte una suerte taurina basada en el quiebro a cuerpo gentil frente a las astas de novillos-toros, con la agilidad como única defensa de los valientes.

Los concursantes dispondrán para su amparo del tabloncillo, como se nombra en Chinchón al parapeto de madera con tres burladeros y cinco portones que circunda el ruedo. Es un tablado de hasta 113 hitos que entre julio y octubre son clavados sobre otros tantos hoyos del coso. Una tradición oral muy arraigada en Chinchón asegura que ese tablado procede de la plaza de toros madrileña de la calle de Alcalá, desmontada en 1871 para trazar el barrio de Salamanca; dice aún que fue regalado a los chinchoneses por el matador Salvador Sánchez Povedano, Frascuelo, en agradecimiento al pueblo por el trato que le brindó durante su convalecencia de tres meses tras ser empitonado allí por un novillo en 1863.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de agosto de 2002