Las niñas británicas Jessica Chapman y Holly Wells fueron trasladadas, una vez muertas, a la pista forestal donde se descubrieron sus cadáveres el pasado día 17, trece jornadas después de su desaparición. A esta conclusión apunta la investigación policial, que aún debe determinar la fecha, lugar y forma en que murieron ambas amigas de 10 años. El acusado del doble asesinato, Ian Huntley, está bajo supervisión médica en un hospital psiquiátrico de máxima seguridad. Es posible que nunca sea juzgado.
Los detalles sobre las autópsias se dieron a conocer ayer en la apertura de la vista ante el juez forense, trámite obligatorio en el Reino Unido en casos de muerte en extrañas circunstancias. El detective Andy Hebb declaró al juez que los cuerpos estaban 'gravamente descompuestos y parcialmente esqueletizados', por lo que su identificación sólo fue posible mediante análisis genéticos.
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La policía sospecha que el crimen se cometió a cierta distancia de donde aparecieron los cadáveres. Hebb mencionó ayer la posibilidad de que los asesinatos ocurrieran en el condado de Cambridge, al que pertenece Soham, pueblo natal de las niñas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de agosto de 2002