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Interior deportará a 400 inmigrantes de Canarias para aliviar el colapso

El Ejército recoge colchones de los hoteles para los 605 extranjeros hacinados en el aeropuerto

La vieja terminal del aeropuerto de Fuerteventura batió ayer su récord de ocupación. Seiscientos cinco inmigrantes indocumentados, de los cuales 53 son mujeres y 20 de ellas están embarazadas, permanecen hacinados en 1.500 metros cuadrados. La magnitud de la emergencia ha obligado a la Delegación del Gobierno a pedir a los hoteles de la isla 200 colchones, que han sido transportados por el Ejército. Interior ha anunciado que en los próximos 10 días trasladará a entre 350 y 400 extranjeros a Marruecos y a Nigeria, los únicos países africanos con los que España ha firmado acuerdos de repatriación.

Para establecer su nacionalidad, un inspector de policía interrogaba ayer a decenas de subsaharianos en presencia del cónsul nigeriano. El número de personas que han llegado al archipiélago en patera durante los siete primeros meses del año cuadruplica a los que arribaron en el mismo período de 2001.

Los primeros candidatos a la expulsión son los marroquíes, cuya nacionalidad es fácil de establecer. Ayer mismo, 40 de ellos fueron trasladados en un avión de la compañía Air Europa hasta Almería; la policía había previsto embarcarlos hacia Melilla y allí entregarlos a las autoridades de Marruecos en la frontera de Beni Enzar.

Averiguar la procedencia de los subsaharianos es más complicado, porque se han deshecho de su documentación y procuran confundir a las autoridades con el fin de no ser reconocidos por sus gobiernos y evitar la deportación. Los funcionarios los someten a interrogatorios enfocados a probar que son nigerianos para poder repatriarlos.

Entrevistas agresivas

La agresividad de estas sesiones ha sido relatada a este periódico por fuentes policiales. Ayer, las mujeres eran conducidas, de una en una, a una sala. Un inspector, que en ocasiones ha entrado en la terminal y ha entrevistado a los internos haciéndose pasar por periodista, las fotografiaba y las intimidaba con grandes voces. A medida que salían de la sala, eran retenidas en el pasillo bajo la atenta mirada de otro agente que no les permitía hablar entre ellas ni volver a su habitación, donde sus compañeras esperaban a ser llamadas. Una joven que decía ser de Benin fue calificada como nigeriana porque en ese país existe una localidad llamada Benin City.

Desde el punto de vista humanitario, la situación en la terminal es peor que la que motivó hace unos meses severas denuncias de Amnistía Internacional, Human Rights Watch y el Defensor del Pueblo. Sólo hay dos duchas, cuatro retretes y nueve lavabos para 552 hombres. Las 53 mujeres, que están recluidas en el almacén donde se guardan las garrafas de agua, el papel higiénico y las mantas, cuentan con un retrete (hay otro, pero no funciona y permanece cerrado), dos lavabos y dos duchas.

Aparte del brote de varicela que ha afectado a diez inmigrantes, que permanecen aislados en el pabellón de mujeres del cuartel de la Legión acondicionado como centro de internamiento, nadie se atreve a precisar si algunos internos padecen enfermedades contagiosas, puesto que los médicos carecen de medios para practicarles los análisis necesarios. Sólo saben que uno de ellos tiene hepatitis C, porque es drogadicto y lo dijo él mismo.

Como tampoco se ha realizado el test de embarazo a todas las mujeres, el número de las que se hallan en estado de gestación puede superar la veintena de casos comprobados. Seis de ellas afirman ser menores de edad, y algunas han manifestado su deseo de abortar porque, según dicen, fueron violadas en Marruecos.

Por otra parte, la Guardia Civil detuvo ayer a 101 inmigrantes indocumentados, entre ellos un bebé y cuatro mujeres embarazadas, que llegaron a las costas de Tarifa (Cádiz) en varias embarcaciones.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de agosto de 2002