El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, dio ayer por comenzado el curso político con una descalificación tajante de la ilegalización de Batasuna. En su opinión, esta iniciativa no pretende debilitar al mundo de ETA, sino favorecer electoralmente al PP. "Están diciendo: 'vamos contra ETA'. Pero eso es mentira, es una trampa política al electorado. No han pensado en ir contra ETA sino en las elecciones próximas", esto es los comicios municipales, previstos para marzo.
La tesis que defendió Arzalluz ante un auditorio de militantes es sencilla: según él, tras el "susto" que se llevaron los populares en las últimas elecciones vascas, "se pusieron en marcha los cerebros de Moncloa" y llegaron a la conclusión de que lo que más dañaba al PNV era la ilegalización de Batasuna, que recuperará así la fuerza y los electores que había perdido. Esta estrategia, dice, beneficia además al PP en el resto de España. "Con todas estas machadas lo que Aznar busca son los votos del Ebro para abajo, que es donde tiene el capital de votantes", comentó. Mientras, los socialistas siguen al PP, dice, porque "tienen miedo"a perder votos.
El presidente del PNV ofreció, como todos los años en esta misma fecha, una cena mitin en el colegio de los Antonianos de Zarautz (Guipúzcoa), con la que da por iniciado el curso político. Y reiteró la tesis de que la Ley de Partidos y la ilegalización es "un grave error". Políticamente es una torpeza, según él, porque se pierde un interlocutor para resolver el problema. Para ilustrar esta idea, recordó que el Sinn Fein sirvió como "punto de encuentro" entre el Gobierno británico y los terroristas del IRA. Aunque dijo que el PNV no está ni con Batasuna, a la que criticó con dureza, ni mucho menos con el PP: "Estamos en medio, como Cristo, entre dos ladrones".
Respecto al conflicto de competencias con el Gobierno central, Arzalluz pidió a sus militantes que estén atentos a los acontecimientos de septiembre. "No nos vamos a arrugar. Vamos a exigir lo que es nuestro. Vamos a coger todas las competencias que tenemos por ley. No sé hasta dónde llegaremos, tenemos nuestro camino. Pero no les dejaremos en paz. Sin pistolas. Pero no podrán vivir tranquilos. Esta batalla, si no cometemos torpezas, la vamos a ganar"; arengó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de agosto de 2002