El Gobierno chino ha anunciado que está dispuesto a seguir los pasos de Suráfrica, Tailandia y Brasil y que va a fabricar medicamentos genéricos contra el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, aunque la patente no haya vencido. El objetivo es frenar la expansión de la enfermedad, que crece en China a un ritmo del 30% anual según cifras oficiales, y afecta ya a más de 2 millones de personas.
La terapia combinada que se receta en los países desarrollados cuesta unos 10.000 euros anuales, cantidad que ni la población ni el sistema sanitario chino pueden afrontar. El propósito es que el tratamiento no cueste más de 400 euros al año.
Las autoridades chinas ya anunciaron a principios de mes la fabricación de una copia del AZT, el primer antirretroviral que se lanzó al mercado y cuya patente venció el mes pasado. Ahora han ido más lejos, y han autorizado a la empresa Desano Shangai que produzca DDI (didanosina). La diferencia está en que la patente del DDI (que se vende como Videx) es propiedad de Bristol-Myers Squibb hasta 2006. Fuentes de la empresa han quitado importancia a la violación de la patente y han explicado que las ventas de DDI en China eran todavía muy escasas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de septiembre de 2002