El Rey afirmó ayer que "la libertad y la concordia" han sufrido un nuevo ataque cruel y sin sentido, del que han sido víctimas "cuatro guardias civiles, servidores del Estado, y que ha costado la vida al cabo Juan Carlos Beiro". Don Juan Carlos, que recibió en San Fernando (Cádiz) el Premio Cortes de la Real Isla de León (1810), transmitió su "dolor y tristeza a la familia" del cabo así como "el agradecimiento por su sacrificio", y envió un "saludo afectuoso" a las familias de los otros guardias heridos.
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Desde Copenhague (Dinamarca), el presidente del Gobierno, José María Aznar, afirmó en relación con la muerte de dos presuntos terroristas cuando transportaban explosivos en la noche del lunes, que el único destino que espera a los terroristas es "la cárcel o ser víctimas de su propia determinación sanguinaria". Y advirtió de que homenajear a terroristas es un acto ilegal, informa Gabriela Cañas.
Al término de la reunión euroasiática ASEM, cuando todavía no se había producido el atentado de ayer, el presidente fue contundente respecto a la muerte de los terroristas fallecidos en Bilbao. "Es evidente que estos dos terroristas iban a asesinar a inocentes. Lo que ha ocurrido es que han muerto los asesinos. Y todos aquéllos que están en la banda terrorista ETA saben que su único destino es ése: o la cárcel, tras pasar por la justicia, o ser víctimas de su propia determinación sanguinaria. Espero que todas las instituciones en España cumplan sus obligaciones legales. Después de la reforma del Código Penal, cualquier tipo de homenaje a delincuentes y terroristas está especialmente declarado fuera de la ley".
Ridículo y esperpento
Aznar criticó con dureza al Gobierno vasco y la Mesa del Parlamento de Vitoria por su actitud ante la decisión del juez Baltasar Garzón de suspender las actividades de Batasuna. "No cabe mayor falta de coherencia política y mayor asombro ante quienes deben conocer las reglas de un Estado de derecho. Ningún Parlamento del mundo puede declarar nulo de pleno derecho un auto de un juez salvo que uno tenga unas enormes ganas de hacer el ridículo o cometer un esperpento".
El PP, el PSOE, IU y las demás fuerzas políticas y sindicales democráticas expresaron su condena por el atentado, así como la Iglesia católica y diversas entidades ciudadanas.
Por su parte, la Fundación Víctimas del Terrorismo, presidida por Adolfo Suárez, condenó el atentado, apoyó a los miembros de las fuerzas de seguridad y subrayó que los terroristas "ponen una vez más de manifiesto su cobarde desprecio por la vida humana".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 25 de septiembre de 2002