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Fuerte avance del islamismo moderado en Marruecos

El Gobierno de Rabat adelantó anoche resultados, 24 horas después de las elecciones

A última hora de la noche de ayer, el ministro del Interior de Marruecos, Driss Jettu, adelantó los resultados de las primeras elecciones del reinado de Mohamed VI, tras aplazar en dos ocasiones la conferencia de prensa. Los islamistas moderados del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) salían fortalecidos de la cita con las urnas, al obtener 37 diputados y convertirse así en la tercera fuerza política del país. Los socialistas siguen siendo la primera fuerza de Marruecos, con 44 escaños. El partido nacionalista Istiqlal habría obtenido 40 escaños. Pese a que Jettu justificó la tardanza por "un conjunto de factores nuevos", se temía que la verdadera razón hubiera sido el fuerte aumento del voto islamista.

El Ministerio del Interior marroquí no fue proporcionando resultados a medida que le iban llegando, sino que los retuvo. Su titular, Driss Jettu, postergó dos veces la conferencia de prensa que tenía prevista para dar cuenta del desenlace de los comicios. Finalmente, compareció en televisión poco antes de la medianoche para adelantar que, "citando resultados provisionales y no oficiales", la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) del primer ministro Abderramán Yussufi encabezaba con 44 escaños el escrutinio de las elecciones legislativas celebradas el 27 de septiembre en Marruecos, mientras que la formación islamista moderada del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) figuraba en tercera posición con 37 diputados. La segunda posición la ocupaban los nacionalistas del Istiqlal con 40 escaños.

La abstención fue más pronunciada en las grandes ciudades que en la zonas rurales

Pero durante toda la tarde y para justificar la tardanza en comunicar los resultados, Interior publicó un comunicado en el que la atribuye a "un conjunto de factores nuevos (...)". El desconcierto ante el auge islamista podría ser la verdadera razón del aplazamiento. Las primeras elecciones del reinado de Mohamed VI, anunciadas como "transparentes" y "limpias", no suscitaron el viernes el entusiasmo de la población. El ministro del Interior Jettu indicó en una conversación con miembros del Parlamento Europeo que la participación se situaba entre "el 52% y el 55%". Cuando faltaban tres horas para el cierre de los colegios era de tan sólo el 30%. En las legislativas de 1997 fue del 58%, pero aquellas elecciones fueron manipuladas.

El Ministerio del Interior calcula la participación con relación a los 14 millones de electores censados, sobre una población de 30 millones de habitantes. Al menos unos dos millones de marroquíes en edad de votar no figuran en el censo. Otros dos millones largos de marroquíes residentes en el extranjero no han sido autorizados a votar por razones técnicas.

La abstención fue más pronunciada en las grandes ciudades que en las zonas rurales, donde vive el 45% de la población de Marruecos. En estas últimas, el control social que ejercen los caids y mokadems, representantes locales del gobernador provincial, incitaron a los censados a acudir a las urnas. Estos funcionarios llegaron a ir casa por casa repartiendo las tarjetas de elector.

Una parte de la abstención, muy difícil de medir, puede ser atribuida a las consignas de boicoteo electoral dadas por el gran movimiento islamista Justicia y Caridad, que ha demostrado su capacidad de movilización callejera convocando manifestaciones contra la modificación del estatuto de la mujer. Algún pequeño partido de izquierdas preconizaba también la abstención, pero su influencia es escasa.

Los resultados suministrados oficiosamente por los partidos a primera hora de la tarde de ayer indicaban que el vencedor moral de los comicios podía haber sido el Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), islamista moderado, que finalmente duplicaba pero para entonces se esperaba que hubiera triplicado su número actual de escaños (14). Su crecimiento sería especialmente fuerte en Casablanca y en el norte del país. Se daba por seguro que los primeros lugares los ocuparían los socialistas del actual primer ministro, Abderraman Yussufi, y los nacionalistas del Istiqlal.

"El PJD ha limitado voluntariamente su progresión electoral", recordaba ayer su fundador, Abdelila Benkiran, dando a entender que ésta sería más fuerte si se hubiese presentado en un mayor número de circunscripciones. Los islamistas sólo tuvieron candidatos en 56 de las 91 circunscripciones por razones que no están claras. Algunas explicaciones apuntan a que habrían llegado a un acuerdo con el Ministerio del Interior para circunscribir su presencia.

"No hay nada que temer, no hay ninguna razón para tenernos miedo", afirmaba, por su parte, Mustafá Ramid, otro dirigente del PJD. Ramid reconoció, sin embargo, que su partido era partidario "a largo plazo" de la plena aplicación de la sharía (ley islámica) en Marruecos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de septiembre de 2002