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La coalición que gobierna Marruecos resiste el fuerte avance de los islamistas

El Ministerio del Interior da sólo resultados parciales dos días después de la votación

Las elecciones legislativas marroquíes del viernes convirtieron al Partido de la Justicia y Desarrollo (PJD), la formación islamista moderada, en la tercera fuerza política pese a que no se presentó en más de un tercio de las 91 circunscripciones. El PJD obtuvo 38 escaños, casi triplicó los 14 que tenía, y podría aumentar más su representación cuando se conozcan los resultados de la lista nacional de mujeres, de la que dependen 30 escaños. El ministro del Interior marroquí, Driss Jettu, confirmó que los socialistas de Abderramán Yussufi siguen siendo el primer partido, con 45 escaños.

A pesar de su victoria electoral, el partido de Yussufi ha experimentado la pérdida de 12 escaños respecto a la anterior legislatura.

Jettu hizo anoche una larga declaración recalcando la transparencia de los comicios, pero no dio porcentajes de los sufragios cosechados por cada formación, ni el reparto de escaños de la lista nacional de mujeres porque todavía no estaba disponible. Más aún que los diputados conseguidos en cada circunscripción, la lista femenina dará un mapa electoral preciso de cómo votó Marruecos.

El segundo partido más votado es el Istiqlal, la formación que condujo a Marruecos a la independencia, con 43 escaños. Empatado con los islamistas, figura en cuarto lugar el Reagrupamiento Nacional de Independientes (RNI), una asociación de viejos barones vinculados a la corte. En quinto lugar se sitúa un partido de inspiración bereber, el Movimiento Popular, con 25 escaños. La participación fue de tan sólo el 52%, un 6% menos que en las anteriores legislativas. Un 15% de las papeletas fueron nulas.

Avance llamativo

El avance de los islamistas es tanto más llamativo porque parte de la prensa independiente, los órganos del partido socialista y de los ex comunistas les han atacado durante todo el verano intentando desprestigiarles vinculándoles con los extremistas que por esas fechas estaban siendo detenidos por los servicios de seguridad por sus supuestas simpatías con Al Qaeda. "Esto no es más que un anticipo" de la victoria del PJD "en el 2007", declaró satisfecho su fundador, Abdelila Benkiran.

El Parlamento que sale de las urnas resulta muy fragmentado porque nada menos que 22 de los 26 partidos que concurrieron a los comicios han obtenido representación. A falta de conocer el reparto de la lista de mujeres, parece teóricamente posible recomponer la alianza de siete partidos que constituyó la mayoría parlamentaria con la que gobernó Yussufi durante cuatro años.

El ministro del Interior marroquí había anticipado parte de los resultados que dio ayer en una breve declaración que hizo, por televisión, el sábado a las 22.30 (hora local), más de 27 horas después del cierre de los colegios electorales. Hasta entonces su departamento retuvo los datos que obraban en su poder y el propio Jettu canceló sucesivamente, sin explicación alguna, las dos ruedas de prensa que había convocado. Hubo que esperar más de 48 horas para conocer un dato tan básico como el de la participación. Incluso entre los países del Tercer Mundo que inician una apertura democrática tal demora no tiene precedentes. La cerrazón informativa del Ministerio del Interior llegó hasta el extremo de echar a los periodistas, en la madrugada del sábado, del centro de prensa que había montado en su sede para que pudieran seguir minuto a minuto el recuento de votos. La noche electoral de la televisión marroquí se convirtió en agua de borrajas.

Con su imprevista intervención televisiva del sábado, Jettu intentó acallar los rumores que circulaban señalando al PJD como el primer partido de Marruecos, de que algunos destacados ministros del Gobierno saliente habían sido derrotados o de que se estaban retocando los resultados. En la noche del sábado, Rabat era un hervidero de falsas y auténticas noticias. Uno, al menos, de los datos oficiales, el de la participación, es poco creíble. La agencia de prensa oficial MAP indicó, el viernes por la noche, recogiendo una información facilitada por Interior, que ésta ascendía al 30% de los electores a las cuatro de la tarde.

Versiones contradictorias

Varios presidentes de mesa consultados por este periódico precisaron que la mayor afluencia se había producido a última hora de la mañana, de regreso de las mezquitas, y no entre cuatro y siete de la tarde. Parece, por tanto, improbable que más de un 22% de los marroquíes acudiesen a votar en esas tres últimas horas, como sostiene Interior.

Todas estas tergiversaciones ensombrecen, en buena medida, los esfuerzos llevados a cabo por la Administración para presentar los comicios como los primeros "limpios y transparentes" de la historia de Marruecos, reprimiendo los intentos de compra de sufragios y manteniéndose neutral.

Aunque faltan datos sobre las circunstancias que incitaron a las autoridades a postergar la difusión de los resultados, algunos marroquíes que seguían la frustrada noche electoral aseguran que, ante el avance de los islamistas, el poder tardó un tiempo en "hacer la digestión" de ese desenlace, que suena ante todo a advertencia del descontento de la población marroquí.

Los candidatos a suceder a Yussufi

Aunque pierde escaños, la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) sigue ostentando la mayoría relativa en un Parlamento fragmentado y es probable que el rey Mohamed VI busque primero en ella al nuevo primer ministro en torno al cual se formaría una coalición similar a la que gobernó Marruecos durante los cuatro últimos años.Desde diciembre de 2000, el jefe del Gobierno, Abderramán Yussufi, de 78 años, ha manifestado su deseo de no ejercer más cargos públicos después de organizar las primeras elecciones legislativas limpias de la historia de Marruecos. La tardanza en publicar los resultados le ha causado un gran disgusto, según fuentes de su entorno. Yussufi, que no fue candidato a diputado, dejará también la secretaría general del partido en el congreso que se celebrará en 2003. Su sucesor natural sería Mohamed el Yazghi, de 67 años, número dos de la USFP y ministro de la Vivienda, pero representa el ala izquierda del partido y en algunas ocasiones se ha atrevido a plantar cara al rey. Sucedió, por ejemplo, en un Consejo de Ministros de julio, presidido por el soberano, en el que lamentó la falta de explicaciones que había recibido el Ejecutivo de la agravación de la crisis con España y cuestionó la oportunidad de enviar soldados marroquíes al islote de Perejil.

Más probabilidades tendrían de ser designados para el cargo los socialistas Abdeluahed Radi o Fatallah Ualalu. El primero, de 67 años, es el actual presidente de la Cámara de Representantes y fue, junto con Medi Ben Barka, Abderrahim Buabib y Yussufi y El Yazghi, uno de los fundadores de la USFP. El segundo, de 57 años, es el ministro de Economía y no se ha presentado en estas elecciones.

El segundo partido es el de los nacionalistas del Istiqlal, el que llevó a Marruecos a la independencia. Su líder, en el que también podría fijarse el rey para reemplazar a Yussufi, es Abbas el Farsi, de 62 años, era ministro de Empleo en el anterior Gobierno y ha sido elegido por Larache.

Otro aspirante es Ahmed Osman, de 72 años, líder del Reagrupamiento Nacional de Independientes. Osman fue en dos ocasiones primer ministro del rey Hassán II y en 1975 condujo la Marcha Verde.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de septiembre de 2002

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