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Las primeras estimaciones apuntan a una victoria de Kostunica en Serbia

La elección presidencial se decide en una segunda vuelta el próximo 13 de octubre

Las primeras estimaciones sobre la elección presidencial de ayer en Serbia situaban en primer lugar al presidente de Yugoslavia, el jurista de 58 años Vojislav Kostunica, con un 31,2% seguido del viceprimer ministro, el economista de 55 años Miroljub Labus, con un 27,7% . En tercer lugar iba el ultranacionalista Vojislav Seselj, con 22,5%. Ningún candidato logrará la mayoría absoluta y esto obliga a una segunda vuelta.

La participación electoral rebasó el 50% exigido para la validez de los comicios. La primera vuelta de la elección presidencial de ayer en Serbia mantiene indecisa la lucha por el poder entre Kostunica y Djindjic. Se trata sólo de un hito más en la pugna de los dos gallitos, sostenida casi desde el día en que las masas derrumbaron en las calles de Belgrado al régimen despótico de Milosevic, el 5 de octubre de 2000.

Todo indica que los dos candidatos mejor situados en la elección de ayer, el propio Kostunica y Labus, el hombre de Djindjic, no conseguirán la necesaria mayoría absoluta y tendrán que medir sus fuerzas en un nuevo duelo por la presidencia de Serbia, cara a cara el 13 de octubre. Tampoco esa segunda vuelta dirimirá de forma definitiva la lucha por el poder, si se cumplen los pronósticos que anticipan una victoria de Kostunica.

El presidente de Yugoslavia, ahora candidato en Serbia, podría recibir en la segunda vuelta los votos de los ultranacionalistas y los partidarios de Milosevic. Al quedarse sin candidato propio, estos votantes desheredados votarían antes por el nacionalista democrático Kostunica que por el liberal Labus, a quien acusan de vendido a Occidente. Si se cumple este pronóstico, la lucha continuaría entre un presidente de Serbia Kostunica y el primer ministro Djindjic que podría contar con una mayoría en el Parlamento serbio.

La elección de ayer no aclara la pugna entre los dos máximos contendientes, Kostunica y Djindjic, representado por Labus, pero supone la liquidación de la coalición de fuerzas políticas que derribó a Milosevic. La Oposición Democrática de Serbia (DOS), una auténtica sopa de letras de partidos, grupos y grupúsculos, se ha dividido entre los que apoyan a Labus, y por consiguiente a Djindjic, y los partidarios de Kostunica. Detrás de estas dos figuras que han marcado la política en Serbia y Yugoslavia en los dos años sin Milosevic se esconde mucho más que una diferencia de personalidades. Kostunica y Djindjic representan dos proyectos distintos para el futuro de Serbia y Yugoslavia, aunque compartan las coincidencias básicas, respeto a la democracia y los derechos humanos, que llevaron a ambos a crear la DOS y diseñar y aplicar la estrategia que derribó al régimen de Milosevic.

Labus y Djindjic representan el sector más proccidental del poder en Serbia y Yugoslavia. El candidato presidencial Labus, viceprimer ministro de Yugoslavia encargado de las relaciones económica internacionales, se mueve a sus anchas por los escenarios de la Unión Europea, Fondo Monetario Internacional y similares, que tienen mucho que decir a la hora de aprobar ayudas económicas y negociar la deuda externa. A los políticos occidentales se les cae literalmente la baba al negociar con Labus, que estudió Derecho en Belgrado y se formó como economista en Estados Unidos, un político serbio perfectamente homologable en Washington o Berlín.

Kostunica representa a un nacionalismo democrático serbio mucho más difícil de roer en Occidente. Logró Kostunica sintonizar con la Serbia profunda y así pudo derrotar a Milosevic en las elecciones de septiembre de 2000. Esto jamás lo hubiera logrado Djindjic, sobre quien pesaba el estigma de haber huido de los bombardeos de la OTAN.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de septiembre de 2002