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El asesino exige 10 millones y amenaza a los niños de la zona

La nota que la policía encontró el sábado en el lugar desde el que disparó el francotirador decía al final: "Vuestros hijos no están a salvo en ningún lugar y en ningún momento". La policía decidió facilitar la transcripción de esa frase horas después de que una filtración alertara sobre una posible amenaza contra los niños de Washington. Aunque no hay confirmación formal, los equipos de investigación trabajan sobre la hipótesis de que el autor de la carta es el asesino en serie.

El portavoz de la policía también aseguró que han recibido "un nuevo mensaje. Responderemos dentro de poco", dijo. En la madrugada de ayer (hora española) no se habían fijado nuevas comparecencias ante los medios, que es su vehículo de comunicación con el interlocutor. Aunque el contenido del resto de la carta se mantiene secreto, fuentes de la investigación aseguraban anoche que el asesino pide 10 millones de dólares para dejar de matar.

Ha trascendido también que la carta es muy extensa, tanto que el texto puede contener pistas importantes para la investigación. La policía mantiene un diálogo ocasional con este interlocutor que demuestra conocimiento sobre los crímenes y una clara voluntad de sacarles partido, pero nadie implicado en las investigaciones se arriesga a asegurar que sea el francotirador. Varios medios locales aseguran que también hay varias "cartas de la muerte" del Tarot esparcidas por algunas escenas del crimen, con mensajes crípticos y hasta apocalípticos.

Diálogo inaudito

El diálogo inaudito se inició en la madrugada del sábado, cuando se recibió una llamada extraña a la línea que la policía mantiene abierta para recibir pistas. La persona que habló al otro lado del teléfono sugirió a la policía que buscaran una hoja de papel en una zona boscosa cerca del restaurante en el que el asesino había actuado horas antes. La policía ya había peinado ese parque, pero volvió a buscar y encontró el texto.

Parece claro que el jefe de la policía del condado de Montgomery, Charles Moose, se dirigía al autor de la nota cuando el domingo por la noche hizo un acuse público de recibo. Quien la escribió llamó por teléfono a la policía al número que él mismo había escrito, pero usó algún medio físico o técnico (quizá un sintetizador de voz) para evitar que un sistema de reconocimiento permitiera su identificación por el registro de la voz. Por eso la policía no entendió mucho de lo que escuchó y por eso pidió al interlocutor -de nuevo a través de los medios de comunicación- que volviera a ponerse en contacto con ellos para aclarar lo que no se entendía.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de octubre de 2002