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Charles Moose, el héroe fugaz

Charles Moose es el hombre del momento. El jefe de policía del condado de Maryland, coordinador de la investigación, se ha hecho inmensamente popular durante las pasadas tres semanas como 'cara visible' del multitudinario equipo de investigadores.

La buena fama de Moose tendrá que resistir, sin embargo, las revelaciones sobre los múltiples errores cometidos en la investigación. Muhammad y Malvo fueron detenidos porque estaban exasperados: la policía colgaba el teléfono cada vez que Muhammad les llamaba, considerándole un chiflado, y éste acabó hablando del asalto cometido en Alabama, en llamadas al FBI y a un sacerdote, para que le tomaran en serio. Además, la matrícula del Chevrolet fue comprobada al menos en 10 ocasiones y la policía habló con Muhammad al menos tres veces.

'Buscábamos a un hombre blanco y furioso a bordo de una furgoneta blanca', reconoció Charles Ramsey, jefe de policía de Washington. El caso es que un testigo vio huir un Chevrolet Caprice, con las luces apagadas, 10 segundos después de que un hombre de 72 años fuera asesinado el 3 de octubre en la ciudad de Washington, y lo denunció. Dos horas antes, Muhammad había sido multado por saltarse un semáforo. Ese mismo día, un agente tomó nota de la matrícula del coche cerca del lugar, pero no interrogó a sus ocupantes, pese a que se sabía que un Chevrolet de ese modelo era buscado en relación con los crímenes. En los días siguientes, al menos dos agentes se fijaron en que había gente durmiendo dentro de un Chevrolet y obligaron al propietario, Muhammad, a identificarse.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 27 de octubre de 2002