Las bolsas mundiales dieron ayer un paso atrás en la recuperación iniciada este mes de octubre. Los pronósticos negativos sobre la eurozona difundidos ayer por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la caída de la confianza de los consumidores estadounidenses a niveles de 1993 provocaron un aluvión de ventas en las bolsas. El índice español Ibex 35 volvió a asomarse a la zona de 6.000 puntos después de perder el 2,57%. Francfort bajó el 5,53%; París, el 4,99%, y Londres, el 3,78%. En Estados Unidos, el Dow Jones cerró en tablas al subir el 0,01%, y el Nasdaq perdió el 1,16%.
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Ayer mandaron los grandes datos en el devenir de las bolsas mundiales. Hubo, eso sí, resultados empresariales de distinto signo, pero los inversores prefirieron escuchar los oráculos que indican cómo es el presente y cuál es futuro inmediato, así como las encuestas, tan recurrentes para unos mercados faltos de tendencia. El Fondo Monetario Internacional y el índice de confianza de los consumidores estadounidenses fueron ayer la negativa guía de los inversores.
El castigo a las grandes bolsas mundiales fue muy duro y, además, supuso el fin de la recuperación durante un mes de octubre donde los inversores ya soñaban con un cambio de rumbo después de dos años y medio de caídas continuas. El mercado alemán, muy sensibilizado con la debilidad de su economía, fue ayer el que más sufrió, con un descenso del 5,53% en su índice Dax. También el mercado parisino desandó buena parte de la ganancia acumulada con una pérdida del 4,99%, que fue del 3,78% en el caso de Londres. El mercado español aguantó mejor e incluso llegó a permtirse una ligera ganancia a media sesión. Sin embargo, al cierre, y con los datos conocidos, registró una caída vertical del 2,57%, que le colocan, nuevamente, en la barrera de los 6.000 puntos.
Bajar tipos
El FMI dio a conocer su revisión anual de la eurozona, en la que vuelve a reducir su pronóstico de crecimiento para 2002 y 2003 y reclama al Banco Central Europeo (BCE) que, si la situación empeora, esté dispuesto a cambiar su tendencia a favor de una rebaja de los tipos de interés. Este organismo calificó de decepcionante la marcha de la economía de la eurozona a lo largo del año.
Así, prevé que el producto interno bruto (PIB) de los doce países que comparten la moneda única europea crecerá este año un 0,7%, frente al 0,9% pronosticado hace apenas un mes, y que en 2003 será del 2%, tres décimas menos de lo previsto. La recuperación es "débil" y hay riesgos derivados de la caída de las bolsas, la incertidumbre sobre los precios del petróleo, la caída de la demanda en Alemania y los choques externos, frente a los que la región se ha mostrado más vulnerable de lo esperado, opina el FMI.
El organismo insistió en que es preciso dar prioridad a la puesta en marcha de reformas estructurales en la eurozona y dijo que, aunque en los últimos tiempos se ha dado mayor importancia a este asunto, "la laguna entre las palabras y los hechos sigue siendo sustancial". Así, el FMI prevé que la tasa de paro en la eurozona finalice este año en el 8,4% de la población activa, frente al 8% del pasado ejercicio.
El FMI defendió el Pacto de Estabilidad, aunque advirtió que su rigidez afecta el crecimiento de los "tres países grandes": Alemania, Francia e Italia. "La clave del problema es que los tres países más grandes no han respetado las reglas", señaló Michael Deppler, analista del FMI y autor del informe sobre la UE. "Lo mejor será que estos tres países fijen un compromiso concertado y creíble, hasta ajustar su situación presupuestaria", añadió Deppler.
La otra influencia negativa para las bolsas llegó de Estados Unidos. La firma The Conference Board anunció ayer que el índice de confianza del consumidor en octubre cayó a 79,4 puntos, el nivel más bajo en nueve años, debido a que los despidos y el descenso de los ingresos desalentaron la esperanza en una recuperación de la economía.
Temor al consumo
Este índice bajó de 93,7 en septiembre a 79,4 puntos en octubre, lo que representa una caída de 14,3 puntos, el mayor desde los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Los economistas habían previsto una reducción hasta los 90 puntos, por lo que la caída a 79,4 puntos representa el más bajo desde el desplome a 71,9 en noviembre de 1993, cuando la economía empezaba a recuperarse de la recesión de 1990-1991. Ésta es la quinta disminución consecutiva del índice y refleja que los consumidores estadounidenses han perdido su optimismo ante las condiciones presentes de la economía y sus expectativas en los próximos seis meses.
Esta desconfianza es una amenaza para el crecimiento económico, ya que significa una reducción de los gastos de consumo en un momento en que las empresas también han recortado sus inversiones.
El consumo representa dos terceras partes de la economía de EE UU, por lo que muchos analistas auguran que la Reserva Federal (banco central de EE UU) podría reducir aún más los tipos de interés antes que finalice el año. Las bolsas estadounidenses digerieron este dato mejor de lo previsto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de octubre de 2002