Tras mes y medio de crisis, Yasir Arafat presentó ayer al Parlamento palestino su nuevo Gobierno, con el que emprende el camino de las reformas democráticas que le exige la comunidad internacional, especialmente EE UU, y que debe culminar en enero con la celebración de elecciones generales. Arafat aprovechó su discurso para lanzar una oferta de paz a Israel, basada en los acuerdos de Madrid y Oslo. El Ejecutivo tuvo el respaldo de 56 de los 88 diputados.
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"Aquí estamos. Os ofrecemos la mano para la reconciliación y la paz. Os ofrecemos la rama de olivo para reanudar el camino que empezamos en Madrid y Oslo, y que aún no hemos terminado", dijo Arafat en la presentación de su Ejecutivo ante el Parlamento palestino. La propuesta fue acompañada por un llamamiento a los grupos radicales palestinos (Hamás y Yihad Islámica) para que abandonen las armas y dejen de cometer atentados suicidas contra la población civil. En un tono paternalista, el líder palestino se dirigió al pueblo de Israel: "¿Qué queréis de esta lucha, de esta guerra? ¿Queréis seguridad?; de acuerdo, la tendréis. Queremos vivir con vosotros como vecinos. Dejad que alcancemos una seguridad conjunta, no sólo para nuestros niños o vuestros niños, también para toda la región y para todo el mundo".
El grueso del Gabinete está formado por 19 ministros. Quince de ellos repiten cartera, entre los que se encuentran el de Finanzas, Salam Fayad; el de Cultura y Medios de Comunicación, Yaser Abed Rabbo, y el de Gobernación Local, Saeb Erekat. En la reforma desaparecen tres ministerios (Asuntos Civiles, Telecomunicaciones y Juventud y Deportes), y dos responsables claves: Jamil Tarifi, uno de los hombres más corruptos del régimen palestino, e Imad al Falouji, un ex líder de Hamás, encargado de las relaciones entre Arafat y los fundamentalistas.
El Gobierno, calificado por los observadores de transición, se enfrenta a un reto complejo: preparar las elecciones generales, previstas para el 20 de enero. Pero además, el Gabinete deberá poner en pie la maquinaria administrativa en los territorios ocupados destruida por el Ejército israelí.
Poco después de hacerse público el nuevo Gabinete de Arafat, un joven palestino intentó penetrar disparando en el asentamiento israelí de Haramish, cerca de la ciudad cisjordana de Yenín. Los disparos del palestino hirieron a cinco personas, entre ellas dos niñas, una de las cuales murió horas después. Soldados israelíes repelieron la agresión y abatieron al militante palestino antes de que pudiera adentrarse en el asentamiento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de octubre de 2002