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Reportaje:Octava jornada de Liga | FÚTBOL

El Madrid viaja a Riazor en camilla

Ronaldo, Zidane y Figo presentan problemas físicos y Raúl es baja para enfrentarse al Deportivo

La crisis, real o inoculada, se infiltra en el cuerpo de los jugadores. El vestuario del Madrid parecía un hospital de campaña ayer por la mañana, en la Ciudad Deportiva. Tras el entrenamiento eran pocos los hombres sin algún problema muscular, una contusión, o un dolor de espalda. El panorama resultaba preocupante porque la temporada sólo tiene dos meses de vida y porque entre los afectados hay futbolistas decisivos en el funcionamiento del equipo: Ronaldo, Figo, Zidane y Makelele. El caso de Raúl, que según los médicos del club padece una gastroenteritis aguda, es de otra índole: no se entrenó y no fue convocado. Para colmo, hoy el Madrid juega contra el Deportivo (21.30 horas, Autonómicas) y hace once años que no gana en Riazor. Mal momento y mal sitio para pedir buena suerte.

"¿Cómo estás de tu lesión?", le preguntaron ayer a Figo. "Más o menos", respondió el portugués, doblando el gesto. Fue la típica respuesta de un futbolista que no se encuentra bien, aquejado desde hace casi un mes por lesiones de rodilla y músculos. "¿Jugarás mañana?", volvieron a interrogarle. "Estoy en la lista y ya se verá qué pasa", replicó. Figo sufrió una herida inciso contusa en el soleo y en el gemelo de la pierna izquierda durante el partido contra el Roma. Ahora querría jugar sólo si se encuentra totalmente sano, algo que no ocurrió el miércoles cuando debió hacerlo porque McManaman tuvo una sobrecarga -el inglés también es baja para hoy-. En caso de que Figo no entre en la alineación inicial, Solari podría hacerlo para jugar de extremo izquierda. Zidane, que padece las consecuencias de un golpe, jugará mermado. Algo similar le ocurre a Makelele y a Ronaldo, ambos con lesiones de espalda desde el miércoles.

La derrota ante el Roma (0-1) no sólo dejó secuelas físicas en una plantilla que se tomó el partido como una final. Los jugadores comienzan a inquietarse. Más allá de acumular cinco partidos sin ganar ni jugar a la altura de las expectativas creadas, los muchachos se están impregnando de los mensajes deprimentes que se filtran desde el exterior. Saben que no están jugando tan mal como asegura la crítica, pero ese no es el problema. Como dice Alex Ferguson, técnico del Manchester United: "El problema no es lo que dicen de nosotros, el problema es que nos lo creamos".

Los jugadores encaran con cierto pesimismo el encuentro de hoy. Miran los vídeos del Depor y ven a un Makaay demasiado rápido y demasiado hábil para romper el fuera de juego. Al creciente sentimiento de inseguridad contribuye el irregular funcionamiento del equipo, que muchos atribuyen al proceso de adaptación que impone Ronaldo.

El Madrid se parte por la mitad, el centro del campo -apenas Cambiasso y Makelele- se ve expuesto a los contragolpes, y la delantera con más fama del mundo casi no marca goles. Decir que Helguera, un central, es el pichichi en Liga, es decirlo todo. Helguera lleva tres goles, los mismos que Raúl. Y a Guti, el máximo anotador en Liga de Campeones, lo acecha el banquillo, empujado por la irrupción de Ronaldo. "No le metemos un gol a nadie...", decía ayer un jugador. No es una opinión aislada. En el vestuario saben que el gol es requisito sine qua non del éxito. Sobre todo en el Madrid de Ronaldo, Figo, Zidane y Raúl. Una delantera que suma un gol en dos partidos: el tanto de Zidane al Villarreal, con asistencia de... ¡Makelele!

Makelele no juega como el año pasado, metido entre los centrales cuando el equipo perdía la pelota. Desplazado a la derecha por Cambiasso y Roberto Carlos -ambos zurdos-, y ante la falta de desborde de los delanteros, el francés avanza en campo contrario más de lo que solía y deja a su defensa desamparada. Su descoordinación con Cambiasso es uno de los puntos que debe afinar el equipo para compensarse.

Vicente del Bosque volvió ayer a dar explicaciones sobre las declaraciones que hizo el pasado miércoles tras la derrota ante el Roma, cuando dijo: "Crisis es la del Bayern, que está fuera de la Champions, o la del Barcelona que lleva tres años sin ganar nada". Ayer, el técnico agitó los últimos posos de la polémica y aseguró: "No estoy nervioso ni quiero desviar la atención ni disfrazar nada, sencillamente me limité a constatar un hecho objetivo por el que nadie se debería sentir molesto". Del Bosque, con gesto irritado, subrayó que siempre tiene "mucho cuidado" cuando habla del Barcelona.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 2 de noviembre de 2002