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La resolución es un éxito de Powell frente a los 'halcones' del Pentágono

La resolución sobre el desarme de Irak, aprobada de forma unánime por el Consejo de Seguridad, ha sido un éxito para el secretario de Estado, Colin Powell. Pero las largas negociaciones y las concesiones a Rusia y Francia han creado un nuevo enfrentamiento entre Powell y los halcones del Departamento de Defensa. Donald Rumsfeld y los suyos se quejan de que el desarrollo de las inspecciones resulta poco previsible, lo que dificulta la preparación de una guerra que todos, incluyendo a Powell, consideran inevitable. Rumsfeld quiere que Sadam Husein sea acusado muy pronto de incumplir la resolución. Powell, en cambio, piensa que el desarrollo de las inspecciones será "un proceso de meses, no semanas".

El Pentágono ya tiene desplegada una fuerza considerable, de entre 30.000 y 50.000 soldados, en las cercanías de Irak. Los jefes militares dudan ahora entre seguir con el envío de tropas, con el riesgo de mantenerlas ociosas en el desierto, o esperar a que se produzca la ruptura. El criterio a seguir para dar por fracasadas las inspecciones suscita las discusiones más intensas dentro del Gobierno de EE UU.

Rumsfeld es partidario de que no se conceda a Husein ningún margen de tolerancia, y cree que se debería empezar con la guerra en cuanto alguna batería antiaérea iraquí dispare contra los aviones estadounidenses y británicos que patrullan las zonas de exclusión aérea.

Violación del acuerdo

Estos incidentes han ocurrido casi cotidianamente en los últimos meses y la resolución los contempla como "violación". Además, Washington tiene su propia lista de armas iraquíes, recopilada por los servicios de espionaje, y da por supuesto que Sadam tratará de ocultar algo.

El Departamento de Estado considera, por el contrario, que sería prematuro dar por concluidas las inspecciones al cabo de sólo 30 días, cuando el equipo de Unmovic dirigido por Hans Blix aún no haya iniciado su trabajo. Bush sólo aceptó someterse al proceso diplomático patrocinado por la ONU para contar con respaldo internacional en el momento de la guerra y, sobre todo, después, durante la ocupación de Irak, que podría ser larga. Powell teme que el resto de los miembros del Consejo de Seguridad no atribuyan una total credibilidad a la lista de la CIA.

El presidente Bush, en su mensaje radiofónico de ayer, advirtió a Irak de que no incumpla una resolución "que ha unido al mundo". "El mundo se ha unido para decir que no se permitirá que el régimen al margen de la ley de Irak construya o posea armas químicas, biológicas o nucleares", dijo Bush. Según el presidente norteamericano, "cualquier retraso o acto de desafío será un incumplimiento adicional de las obligaciones internacionales de Irak".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 10 de noviembre de 2002