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La policía detiene a tres personas por las explosiones que causaron dos muertos en Vigo

Los arrestados son hombres de nacionalidad española, cuyos domicilios han sido registrados

Tres hombres de nacionalidad española fueron detenidos anoche en distintos puntos de Vigo (Pontevedra) como sospechosos de haber colocado las dos bombas caseras cuya explosión mató el pasado día 5 a Vicente Lemos, de 51 años, y a su esposa, Rosa Gil, de 53, e hirió a Luis Ferreira, de 43 años, y a su hijo de 12. Los tres detenidos, que no pertenecen, según los primeros indicios, a ningún grupo criminal organizado, se encontraban anoche prestando declaración en la comisaría de la calle de López de Mora, en Vigo, al tiempo que la policía registraba sus domicilios en busca de pruebas concluyentes.

Los detenidos son tres hombres, alguno de los cuales tendría antecedentes penales de delincuencia común, hasta los que se ha llegado gracias a las investigaciones del equipo multidisciplinar de la policía encargado del caso y alguna colaboración. La policía rechazó facilitar anoche las identidades de los sospechosos, pero sí negó que se hubiera detenido a una mujer como cuarta sospechosa de los crímenes.

La operación se ejecutó sobre las diez de la noche de ayer, día en el que había trascendido que la policía contaba ya "con uno o varios sospechosos" de los atentados y que las pesquisas iban a arrojar resultados "muy pronto". De hecho, al menos uno de los detenidos llevaba algunos días "controlado" por agentes de la Jefatura Superior de Galicia, dirigida desde hace un par de semanas por el comisario Avelino Luis Francisco Martínez.

Las fuentes policiales consultadas indicaron que las detenciones "tienen muy buena pinta", pero rehusaron confirmar cómo se ha llegado hasta estas tres personas. "Los indicios son buenos y apuntan hacia ellos, pero hasta que no se les tome declaración no puede confirmarse nada, ni el móvil, ni el vínculo entre estas tres personas ni entre ellas y sus víctimas", indicaron los citados medios. Los investigadores se inclinan por la hipótesis de que el móvil del crimen fue laboral y económico, pero anoche carecían de datos concluyentes y los investigadores se cerraban en banda a facilitar información.

La policía está segura de que los detenidos no pertenecen a ninguna organización mafiosa, pero sí que tenían "conocimientos y capacidad" para elaborar los artefactos explosivos. Éstos, colocados en bolsas de basura que fueron dejadas ante las viviendas de las víctimas, estaban compuestos por un cilindro de metal de unos 30 centímetros, cargado con entre un kilo y kilo y medio de pólvora prensada, con hormigón para que dirigiera el estallido y trozos de metal para que actuara de metralla. El primero de los artefactos estalló al filo de las ocho de la mañana, y el segundo una hora y media más tarde. Ambos estallaron cuando las víctimas tocaron las bolsas de basura.

Las fuentes consultadas confían en que durante los registros de los domicilios de los tres sospechosos se encuentren pruebas que los impliquen directamente y que de los interrogatorios se conozca con precisión cuál fue el móvil que llevó a colocar sendas bombas ante el domicilio, en Vigo, de Luis Ferreira, apoderado de una oficina de Citybank (herido junto a su hijo de 12 años), y de Vicente Lemos y su esposa, Rosa Gil, en Redondela, situado a sólo unos dos kilómetros del anterior. Estos dos últimos fallecieron al estallarle el artefacto en la cara. Las detenciones se han practicado exactamente siete días después de los atentados, que se habían convertido en una de las prioridades del director general de la Policía, Agustín Díaz de Mera, quien estuvo presente en Vigo durante el inicio de las investigaciones.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de noviembre de 2002