El doble atentado que sacudió Vigo y Redondela el pasado día 5 abrió un pozo de incógnitas sobre la autoría y el motivo del crimen. Inicialmente, la policía no descartó nada. Se llegó a pensar en una vendetta del narcotráfico, en que era obra de un grupo terrorista e incluso que se trataba de la obra de un perturbado que había elegido a las víctimas al azar, a imitación del francotirador de Washington.
Los investigadores descartaron rápidamente la teoría del atentado terrorista. Aunque los GRAPO han tenido en Vigo uno de sus escenarios preferidos y ha puesto al mundo empresarial y económico en su punto de mira, este tipo de acción no era de su estilo. La tesis de la venganza por un asunto de narcotráfico, tan extendido en Galicia, se descartó debido a la probidad de las vidas de las víctimas.
También se cayó la teoría del loco solitario, ya que desde el principio se vio que los artefactos iban dirigidos contra Vicente Lemos (el fallecido) y Luis Ferreira (el herido), que habitualmente salían solos de sus casas por la mañana para ir a trabajar. La casualidad hizo que el primero saliera con su esposa (Rosa Gil, fallecida) y el segundo, con su hijo de 12 años.
Los investigadores se centraron entonces en buscar una relación entre Lemos y Ferreira por mor de sus respectivos trabajos. En eso estaban esta semana cuando hallaron una pista definitiva que apuntaba directamente hacia los tres detenidos anoche, con nombres y apellidos. Sólo les queda saber el porqué, si pensaban matar o se les fue la mano y acumular pruebas contra ellos, si es que han sido ellos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de noviembre de 2002