Un petrolero con 77.000 toneladas de fuel, a punto de hundirse ante la costa de Galicia

Un petrolero con una carga de 77.000 toneladas de fuel se encontraba anoche en peligro de hundimiento a 28 millas (51,8 kilómetros) al oeste del cabo de Finisterre, en Galicia, aunque la mayor parte de sus 27 tripulantes -24 en total- pudieron ser rescatados por helicópteros y trasladados a Vigo y A Coruña. Cuatro buques de Salvamento Marítimo se encontraban en la zona para intentar remolcar al petrolero a alta mar. Anoche fueron activadas las emergencias ante el peligro de vertidos. Greenpeace ha expresado su 'alarma'.

Todas las alertas se dispararon cuando a primera hora de la tarde Salvamento Marítimo recibió una llamada del petrolero, con bandera de conveniencia de Bahamas, que viaja regularmente entre Letonia y Gibraltar y fue construido en 1976, en la que comunicaba que tenía una vía de agua y se hallaba en medio de un fuerte temporal con vientos de fuerza 8 y rachas de nueve, por lo que pusieron en marcha las labores de rescate. Tres helicópteros de la Xunta y otro de Salvamento Marítimo, además de los remolcadores Ibaizabal I, Alonso de Chaves y Ría de Vigo, y el barco sanitario Remolcagure Bat, intervinieron en el rescate.

Alrededor de las 17.30, uno de los helicópteros, Pesca 1, de la Xunta, rescató a siete tripulantes de nacionalidad filipina y los trasladó, sanos y salvos, al aeropuerto vigués de Peinador. Una hora más tarde, otro helicóptero, el Helimer Galicia, izó al resto de la tripulación, 17 marineros, que llegaron al aeropuerto de Alvedro (A Coruña) a las 20.00.

Anoche, los remolcadores intentaban alejar mar adentro al buque siniestrado, con una fuerte escora de 40º-45º, pese a la oposición del capitán, que permanecía a bordo junto con el primer oficial y el jefe de máquinas para ayudar a los intentos de mantener el barco a flote y posibilitar su remolque.

Miembros de los equipos de rescate comprobaron que alrededor del buque se había formado una mancha de combustible "pequeña, pero de bastante espesor", hecho que confirmaron los primeros marineros rescatados, de nacionalidad rumana y filipina. El filipino Nicolás Esilaay declaró que el buque chocó con un objeto que abrió una vía de agua en el casco, por lo que, según dijo, está a punto de hundirse.

El petrolero, por la fecha de su botadura, carece del doble casco ahora obligatorio para los buques que transportan hidrocarburos, y que reduce considerablemente las posibilidades de provocar una marea negra. Sí dispone, según el responsable técnico de Salvamento Marítimo de la Xunta, Fernando Novoa, de un sistema de emergencia que facilita las labores de remolcado. Parecía inviable mantener a flote al petrolero y con su traslado mar adentro se trata de minimizar en lo posible los daños ecológicos.

El director de campañas de la organización ecologista Greenpeace, Mario Rodríguez, expresó ayer su alarma precisamente ante esa posibilidad, y señaló a Efe que la bandera de "conveniencia" del Prestige lo que indica es "falta de seguridad, ningún tipo de control", así como uso de embarcaciones "obsoletas", con una media de edad de 20 años. Rodríguez criticó la "irresponsabilidad" de las compañías petroleras, que suelen fletar sus barcos en países que "no tienen ningún tipo de control ambiental ni de seguridad" y la "lentitud" con la que actúa la UE para controlar este tipo de transportes peligrosos. El ecologista recordó las "tremendas" consecuencias del Exxon Valdés cuando derramó petróleo en la región de Alaska, y sólo transportaba 40.000 toneladas, la mitad que el Prestige.

Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores contactó con varios Gobiernos (Bahamas, Letonia y Reino Unido, principalmente) para determinar las circunstancias y eventuales resposabilidades por este siniestro.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de noviembre de 2002