Un público internacional, intergeneracional e interclasista, con el común denominador de llegar con la ropa absolutamente empapada. MTV da música 'para todos', como recordaba Duarte, un estudiante Erasmus portugués que esperaba encontrar un 'espectáculo grandioso'. Algunos, como una pareja de chicos de Noruega y Grecia que habían viajado expresamente a Barcelona para la gala, no podían articular palabra de lo eufóricos que estaban; sólo podían tomar fotos de todo indiscriminadamente. Las jovencitas, a montones, repetían los nombres de quienes esperaban ver: Robbie Williams, Christina Aguilera, Bon Jovi y compañía. Alguna, como Andrea, de 16 años, decía que sólo había venido para presenciar 'un espectáculo televisivo descomunal'. ¿Y la música? 'Bueno, a mí me gusta la televisión y todo lo audiovisual. Mi sueño es trabajar en ello'. Otros, como Andrea Velázquez, mexicana de 23 años, no lo veía así: 'Yo espero ver muchos artistas, canciones de calidad y nada de playback'. Esto estaba aún por ver a media hora del comienzo de la gala. La mayoría, los que habían pagado 60 euros por la entrada, lo tenían claro: 'Que el espectáculo lo valga', decía Pili, una currante barcelonesa de 19 años. Los más afortunados llevaban invitaciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de noviembre de 2002