La Xunta de Galicia aprobó ayer las primeras ayudas económicas que percibirán los más de mil mariscadores y pescadores afectados por el derrame de fuel del petrolero Prestige. Cobrarán 30 euros por día de inactividad. Las medidas incluyen también subvenciones a los armadores, y a ellas se sumarán las que aprobará el viernes el Consejo de Ministros, una vez que la comisión interministerial constituida ayer evalúe los daños. Previsiblemente, junto a las ayudas salariales, el Ejecutivo habilitará una línea de créditos blandos, similar a la del siniestro del Mar Egeo, ocurrido en diciembre de 1992. Mariano Rajoy visitará hoy las localidades coruñesas afectadas por la marea negra, que ha llegado ya a la ría de Noia y se aproxima a la de Arousa.
La 'estela' de fuel vertida por el 'Prestige' mide 130 kilómetros de largo y 9 de ancho
El Diario Oficial de Galicia publica hoy la orden de la Consellería de Pesca por la que se establecen unas ayudas de 30 euros (unas 5.000 pesetas) por cada día de inactividad para los mariscadores y tripulantes afectados por los vertidos del Prestige. Para los armadores, las ayudas dependerán del tonelaje del barco; percibirán 21 euros por día y 4,75 euros más por cada tonelada de registro bruto. Las embarcaciones afectadas que se dedican a la pesca de bajura suelen tener un registro de unas 2,5 toneladas, aunque las hay de hasta 15; y las de la flota de cerco oscilan entre 5 y 40 toneladas.
Estas ayudas, calificadas de "transitorias y urgentes", serán asumidas y complementadas el viernes por el Gobierno central y no interferirán en las posibles indemnizaciones que, por daños y perjuicios, pudieran corresponder a los afectados. En principio van dirigidas a un censo de más de mil marineros, aunque a medida que se constaten los posibles efectos del siniestro sobre otros ámbitos de la actividad pesquera podrían arbitrarse también subvenciones para otros colectivos profesionales. En el siniestro del Mar Egeo, con 3.000 afectados directos, el Instituto de Crédito Oficial habilitó una línea especial de unos 12.500 millones de pesetas, que posteriormente fue condonada.
El portavoz parlamentario del PSOE, Jesús Caldera, anunció ayer en la zona siniestrada que su partido pedirá al Gobierno una ayuda "ampliable" de 60 millones de euros para suplir las rentas de los trabajadores.
También el vicepresidente primero, Mariano Rajoy, que ayer presidió la constitución de la comisión interministerial que evaluará los daños, viajará hoy a Galicia para conocer in situ la gravedad del siniestro. La comisión está integrada por los subsecretarios de Medio Ambiente, Agricultura, Pesca y Alimentación, Fomento, Justicia, Economía, Interior, Trabajo y Asuntos Sociales, Hacienda, Exteriores, Ciencia y Tecnología y Presidencia.
Mientras, la autoridades de Marina han dado por concluida su responsabilidad, aunque no su apoyo, sobre el destino del Prestige, que ayer se adentró en aguas internacionales, a más de cien millas de la costa, y en zona SAR (de salvamento) de responsabilidad portuguesa. Más cerca, a 75 millas de Fisterra, está lo que hasta ahora se venía denominando oficialmente "la estela" del petrolero, y que se ha convertido en una mancha de 70 millas de largo (unos 130 kilómetros) y cinco de ancho (nueve kilómetros), casi 1.300 kilómetros cuadrados, "que está fragmentada y suponemos que librará de la costa gallega", según el delegado del Gobierno en Galicia. Las otras manchas que sí han llegado ya a la costa abarcan unos 200 kilómetros de litoral y se han adentrado ya en la ría de Noia y se aproximan a la de Arousa. El parque nacional de Corrubedo, en el límite de ambas rías, está siendo protegido con barreras de contención para que el fuel no invada esta importante reserva de aves, famosa por sus extensas dunas.
Arsenio Fernández de Mesa insistió en que el petrolero se encuentra ahora en zona de rescate de responsabilidad portuguesa, confirmando así los planes de los servicios de rescate españoles, que eran alejar al Prestige lo más posible sin llegar a introducirlo en la zona económica exclusiva lusa. Con todo, los servicios españoles seguirán prestando apoyo a las operaciones de salvamento, según el delegado del Gobierno, que señaló que el armador pretende trasvasar el fuel a otro buque y recalar en un puerto portugués o, si no es posible, continuar hacia el sur.
Controles en Portugal
El Gobierno de Lisboa, que ha creado igualmente un gabinete de crisis, se ha anticipado a advertir al armador del buque de que no se autorizará al Prestige "ninguna maniobra de aproximación". El titular de Defensa, Paulo Portas, ratificó este criterio y añadió que el siniestro constituye "un problema ecológico serio" que debe encontrar una solución "en el marco de la UE y dentro de una buena política de colaboración entre estados". Portas anunció asimismo un conjunto de medidas de fiscalización y combate de la contaminación que incluirán "la verificación de la calidad de los productos alimentarios procedentes de Galicia" para proteger a la población portuguesa.
La ubicación del Prestige no es el único motivo de controversia. Un experto en tasación de daños marítimos señaló a este periódico que el estado de la banda de estribor, la que sufre los destrozos, "hace suponer que los tanques afectados son por lo menos dos de los centrales, los más grandes, y tres o cuatro de los laterales, que a veces no van cargados". Eso supondría que el fuel perdido sería mucho más de las 3.000 a 4.000 toneladas barajadas oficialmente, y explicaría cómo el vertido afecta a más de 200 kilómetros de costa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de noviembre de 2002