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CATÁSTROFE ECOLÓGICA

Aznar pide disculpas por la reacción tardía

El presidente admite en una visita de tres horas a Galicia que algunos medios "no llegaron a tiempo"

José María Aznar asumió ayer todas las responsabilidades políticas relacionadas con las decisiones tomadas sobre el naufragio y hundimiento del Prestige, y señaló que todo el Gobierno responde solidariamente de esas resoluciones. Así lo proclamó el presidente del Ejecutivo durante su fugaz paso por A Coruña, en la primera visita que efectúa a Galicia desde que, hace un mes, el petrolero sufrió una vía de agua frente a Finisterre. Aznar zanjó cualquier posible discusión dentro de su Gabinete sobre quién dio la orden de alejar el buque de la costa, una decisión que "respalda totalmente" a pesar de que contribuyese a expandir el alcance de la marea negra a toda la costa gallega y cantábrica. Con tono solemne, Aznar pidió disculpas a los gallegos por retrasar su visita y por la demora en el despliegue de los medios para combatir la contaminación.

Tras resistirse durante cuatro semanas, Aznar reaccionó al clamor por su ausencia de Galicia y ayer afrontó el trance tratando de aliviarlo todo lo posible. Las tres horas que permaneció en A Coruña, adonde llegó poco antes de mediodía procedente de Copenhague, estuvo recluido en la torre de control del tráfico marítimo. Allí se entrevistó con el coordinador del Gobierno para la crisis -el vicepresidente primero, Mariano Rajoy- y con el presidente de la Xunta, Manuel Fraga. Luego, recibió a una representación de los marineros y conoció de primera mano los trabajos de seguimiento y control de la marea negra. El viaje había sido preparado con sigilo, lo que permitió evitar confrontaciones públicas: no llegaron al millar los manifestantes que se concentraron en las inmediaciones de la torre de control, situada en el dique de abrigo del puerto coruñés, obviamente muy fácil de aislar, donde un férreo cordón policial los mantuvo alejados del presidente.

"Criterios técnicos"

Antes de sobrevolar la zona donde se hundió el Prestige, Aznar leyó a los periodistas una declaración institucional y se sometió a un breve turno de preguntas, que interrumpió bruscamente a los 10 minutos. También quiso cortar de raíz el debate sobre qué miembro de su Ejecutivo dio las órdenes en los momentos decisivos. Aznar recordó que el Gobierno es "solidario" en sus decisiones y que éstas han estado apoyadas en "criterios técnicos". "Las respaldo totalmente. Han sido las acertadas", sentenció. "No he escuchado a nadie decir cuánto le gustaría que el petrolero hubiese entrado en su puerto".

Pero el presidente tampoco evitó la autocrítica. Antes de que nadie le preguntase, pidió disculpas a los gallegos en dos ocasiones: por si alguno se ha sentido molesto ante la demora de su viaje y porque, según admitió, "han faltado medios en determinados momentos y en algunos lugares". "Eran recursos de los que no disponíamos", se excusó, antes de resaltar que el Ejecutivo ha hecho "todos los esfuerzos humanamente posibles", y de calificar de "excelente" la coordinación con la Xunta de Galicia. Aznar se previno ante futuros avatares y advirtió de que el Gobierno se enfrenta a una "amenaza gigantesca que cambia día a día". Pero, tras todas esas cautelas, dio por superadas las carencias anteriores para afrontar la crisis y explicó que si ha acudido ahora a Galicia es porque en este asunto ya tiene "los deberes hechos".

Esos deberes cumplidos son las ayudas a los afectados, que se prolongarán el tiempo que sea preciso, según él; la contratación de 7.000 parados para limpiar las playas y los planes que se pondrán en marcha para el desarrollo turístico y la reactivación económica, dotados con 17 millones de euros. Aznar pasó de puntillas por la negativa del Consejo Europeo a conceder fondos específicos para luchar contra los efectos de la marea negra y destacó que el conjunto de la aportación de Bruselas sumará 265 millones. Luego, invitó a los periodistas a leer un documento que recoge las "más de 100 iniciativas del Gobierno" tras el accidente del Prestige. La lista incluye desde un plan para promocionar el camino de Santiago hasta la entrevista que hizo TVE al presidente.

"No quiero molestar a los que limpian"

La fétida pasta del chapapote ya la han visto de cerca varios miembros del Gobierno, los líderes de la oposición y el rey Juan Carlos. El príncipe Felipe llegará mañana a Galicia para visitar las playas contaminadas. Pero el presidente del Gobierno se quedó sin conocer el chapapote y prefirió pasar su corta visita en la torre de control del tráfico marítimo de A Coruña antes que viajar a una zona dañada. En primer lugar, adujo, para "no manipular los sentimientos de los gallegos". Y en segundo, para "no molestar a los que están limpiando". Preguntado si temía a la reacción social, Aznar se echó a reír: "No creo que lo que ahora le preocupe a los gallegos es si yo bajo o no bajo a la playa".

Aznar mostró comprensión por los gallegos que "se han sentido un poco molestos" ante su ausencia. El presidente explicó que "lo fácil" hubiese sido acudir a Galicia en el primer momento. "Lo podía utilizar electoralmente o para parecer un poco más simpático", comentó. Pero tuvo, explicó, el pudor de evitar ese gesto de "manipulación" sentimental que sólo hubiese proporcionado una "fotografía de oportunidad". Aznar quería presentarse en Galicia con medidas concretas tras el Consejo Europeo de Copenhague. "Ya dije que vendría cuando tuviera los deberes hechos. Y como soy bastante previsible, aquí estoy".

El presidente del Gobierno está convencido de que los gallegos entienden que no cobra su sueldo -"no vamos a hablar ahora de cuánto es", bromeó- por ir a las playas sino por hacer gestiones útiles para el país. Y aunque estuviese físicamente lejos de Galicia, "nunca como estos días", aseguró, "me he sentido tan cercano a Galicia, a sus sentimientos y preocupaciones. Y los que me conocen saben que yo siempre la he sentido muy cerca".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de diciembre de 2002

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