La tercera gran marea negra, que los pescadores de San Vicente de la Barquera esperan para mañana, amenaza ya tras detectarse una gran mancha a la altura de Tinamenor, cerca de una de las mayores plantas de cultivo de peces marinos de España. Mientras, el Gobierno asturiano ha accedido a clausurar sus caladeros para la pesca por el método de cerco en sus aguas costeras, tal y como venía reclamando la flota que se dedica a estas artes para la captura de sardinas, bocarte, chicharro y caballa.
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La planta cántabra de cultivo de peces en peligro está situada en pleno estuario del río Nansa; alberga en sus estanques unos 13 millones de crías de lubina, rodaballo y dorada y es también considerable su producción de moluscos. El año pasado alcanzó 120 millones de almejas.
Frente a la ría se ha localizado una gran mancha de combustible, que si ayer no se aproximó a tierra fue por el influjo de un intenso viento sur. Dos grandes barreras defienden el parque de cultivo, una a la entrada de la ría y otra cerca de las instalaciones. El parque precisa diariamente una gran aportación de agua salada que llega con la pleamar. Sólo el cauce muy elevado del río Nansa, gracias al último temporal de lluvia, evitó que hace una semana el fuel alcanzara las instalaciones. Desde entonces, el nivel fluvial ha sufrido una merma considerable y no supondría una empalizada para el acceso de una pleamar que portase manchas con grave riesgo para los alevines. Esto ha hecho cundir el pesimismo en las localidades de la zona occidental: San Vicente de la Barquera, Suances y Comillas.
Por tercera vez en el curso de una semana, el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, presidió ayer en Santander las deliberaciones de la comisión de seguimiento de la situación planteada por el Prestige. El ministro se congratuló de que las grandes recogidas de fuel en las playas se hayan reducido de 775 toneladas hace sólo dos días a 31 el viernes pasado. Matas aseguró que la marea negra se irá alejando de Cantabria en dirección nordeste, según las previsiones meteorológicas.
En Asturias, el Gobierno autónomo ha decidido clausurar sus caladeros para la pesca por el método de cerco en sus aguas costeras. Con ello, los patrones y 150 tripulantes de las 12 embarcaciones dedicadas a esta pesquería podrán acogerse a las ayudas oficiales por parada obligada. Estos barcos, que faenan de noche, por lo que carecen de visibilidad para eludir las manchas de fuel cuando arrojan sus redes, mantenían un paro voluntario desde el día 10.
Ocho manchas de fuel permanecen frente al litoral asturiano, distanciadas de la línea de costa por el favorable viento sur y suroeste que ha predominado a lo largo de buena parte de la semana. Dos se localizan a cuatro y 10 millas al norte de Buelna (Llanes), otras dos se encuentran a cinco y nueve millas de la playa de Vega (Ribadesella), hay dos rastros de irisaciones a ocho y 22 millas al norte de Lastres (Colunga) y existen otras dos manchas a 20 millas al norte del cabo de Lastres y a 14 millas al norte de Cudillero.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de diciembre de 2002