El gordo premió a Murcia por segundo año consecutivo. La Bruja de Alcantarilla -con ese nombre se conoce a la administración número 4 de esta localidad- repartió 100 series del primer premio de la lotería de Navidad, el 8.103, lo que supone unos 200 millones de euros. Sin embargo, cerca de 160 millones fueron a parar a Vélez-Rubio, un municipio almeriense próximo a Murcia.
De entre todos los décimos que se vendieron en Alcantarilla, la suerte premió con el gordo a un número que había sido adquirido, casi en su totalidad (80 series), por el equipo de fútbol de Vélez-Rubio. El Velez Rubio C. F. compra lotería en La Bruja desde hace 10 años. Once de los 25 jugadores de la plantilla han resultado beneficiados. Se enteraron en medio de un partido (perdieron 2-0). Además, numerosos décimos fueron repartidos en bares y comercios de ésta y otras localidades.
Pero parte del gordo se quedó en Murcia. Al igual que en el año 2001, dos de los grandes premios se han repartido entre los ciudadanos de esta comunidad. Además del gordo, se distribuyeron dos series de uno de los dos cuartos premios (el 91) de la administración de lotería número 41 de la capital murciana, lo que supone una suma de 400.000 euros, así como pequeñas participaciones en Cartagena y otras localidades.
En Alcantarilla no parecía domingo, sino un día cualquiera de la semana. Bancos y cajas abrieron sus puertas para que los nuevos ricos depositaran sus millones. Tanto la Caja de Ahorros del Mediterráneo como Cajamurcia movilizaron a sus trabajadores en Alcantarilla.
Como mandan los cánones, y en una calle Mayor totalmente repleta de curiosos y muy pocos premiados, el lotero descorchó después de agitarla una botella de cava cedida por uno de los vecinos.
De Ecuador a España
El primero en acercarse a la calle Mayor de la capital de la conserva -así se conoce a Alcantarilla por las numerosas empresas de este tipo que alberga- fue el ecuatoriano Norman Manfredo Aguirre. La esposa de este electricista, una de las muchas temporeras que trabajan en el campo murciano, compró a última hora, la noche del sábado, un décimo que les ha proporcionado 200.000 euros.
Con el dinero, Aguirre explicó que cumplirá su deseo de traer a España a sus dos hijas, de 17 y 18 años. Entre vivas a España, mientras su esposa lloraba de felicidad, el inmigrante ecuatoriano agradecía el golpe de suerte en forma de euros.
En la capital murciana, pese a que la cantidad no es comparable a la de Alcantarilla, la buena nueva hizo que muchos más curiosos se congregaran a las puertas de la administración 41, que vendió décimos del número 91 (uno de los dos cuartos premio). Entre los premiados están los agentes del Cuerpo Nacional de Policía destinados en Murcia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 23 de diciembre de 2002