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Reportaje:LOTERÍA

Aranda de Duero acapara la suerte

La ciudad burgalesa se llevó 170 de los casi 200 millones de euros del segundo premio

Muchos vecinos de la localidad burgalesa de Aranda de Duero (30.000 habitantes) amanecieron ayer millonarios de euros y de pesetas, tras el primer sorteo de la Lotería de Navidad que se celebra con la nueva moneda. Los arandinos se llevaron ayer 110 millones de euros del segundo número premiado, el 19.576. Pero la localidad llevó también la suerte, en forma de 60 millones de euros, a otros municipios burgaleses y segovianos. En conjunto, la administración número 2 de Aranda, que regenta José Luis Serrano y que lleva años abonada al 19.576, repartió 170 millones de euros de los casi 200 que correspondieron a este segundo premio, es decir, 177 de las 180 series. "A mi mujer y a dos amigas les ha tocado. Unos seis millones de pesetas (32.000 euros) para cada una", cuenta.

Sólo por ventanilla se repartieron 42 millones de euros, y entre dos bares de la localidad burgalesa distribuyeron 96 millones. Hasta el pequeño pueblo burgalés de San Juan del Monte (200 habitantes) llegaron 14 millones de euros, y a las localidades segovianas de Ayllón y Cerezo de Arriba fueron a parar otros 17,28 millones y 28,800 millones, respectivamente. En todos los casos, el premio estuvo muy repartido.

Jóvenes millonarios

Aranda de Duero, que es una ciudad alegre en la que los domingos es fácil ver las calles llenas de gente tomándose el vinito de la tierra con una tapa, rompió ayer todos los récords.

-¿Te ha tocado, Rosi?

-A mí sí, y a mi primo, y a la niña de Laura, la de arriba, comentaba una exultante arandina agarrada a un teléfono móvil.

- "¡Enhorabuena, Marcos!", gritaba otro a la puerta de un abarrotado bar en el que un nutrido grupo de señores daba sonoras palmadas en la espalda a un asustado joven.

Palmadas, besos, abrazos y gritos. Las escenas se repitieron hasta bien entrada la tarde a lo largo de las calles del centro de la ciudad, en la que ayer los bares hicieron su agosto a costa de los numerosos agraciados.

La mayoría de los décimos se vendieron en dos bares que frecuenta gente muy joven: el Iris y el Desigual. Cada uno de ellos ha repartido 48 millones de euros, según el propietario de la administración de Aranda.

"Le ha tocado a mucha gente joven que ha comprado décimos o participaciones en los dos bares", recordaba ayer José Luis Serrano. "Y me alegro mucho, porque les va a servir para la entrada del piso, o un coche; para cosas útiles, vamos".

El concepto de utilidad se traducía, al menos ayer, en litros de cava, copas y alguna que otra comilona. En el bar Iris no cabía a la una de la tarde de ayer ni un alfiler, estaba igual de lleno que un viernes noche y con la música al mismo volumen. A Johana, la camarera, le faltan manos para servir el cava.

-¿Quieres una copita? ¡Invito yo!

-¿Te ha tocado algo también?, pregunta una clienta.

-¿Que si me ha tocado?... ¡16 millones de pesetas! .

Johana es la única trabajadora del bar que compró un décimo y ahora no se lo puede creer. Sólo lleva un año en Aranda, donde llegó desde su Colombia natal, y su primera intención es mandar una buena parte de lo que ha ganado a su familia, que no ha podido acompañarla hasta España. "Esto es demasiado. Mira qué alegría tiene la gente, y todos tan jóvenes", se ríe.

En el Iris, un treintañero tocado con un gorro de Papá Noel decorado con estrellas luminosas bebe un enorme vaso de espumoso.

-¿Te ha tocado?

-¡Quéeeeee va!... Soy el único del pueblo al que no le ha tocado nada. Pero ¿ves? Ésos que van por la otra acera son mis colegas. Les ha tocado a todos. Al de pelo largo, 32 millones, y al rubio de detrás, 16, dice emocionado, mientras los señala con el dedo.

En el pub Desigual, la afluencia de público no es menor. Está en la otra punta de la ciudad, pero allí la alegría es la misma, la música está igual de alta y los chavales de entre 15 y 25 años se abrazan y se besan con la misma fuerza.

Ramón tiene 16 ños y una sonrisa que no le cabe en la cara. Se apoya en la fachada del bar y mira una pequeña moto aparcada en la acera. Él y sus 10 amigos compraron entre todos uno de los décimos premiados, y ahora cada uno tiene unos 8.000 euros en el bolsillo: "¡Qué flipe!... El lunes voy a comprarme una como ésa".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 23 de diciembre de 2002