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Corea del Norte dice que las sanciones de EE UU son una declaración de guerra

Miles de ciudadanos acuden a la llamada de sus líderes para defender la firmeza militar

Pyongyang elevó ayer un grado más su desafío a Washington. "Las sanciones significan la guerra, y la guerra no conoce clemencia". Con la retórica que caracteriza sus mensajes, la agencia de noticias norcoreana KCNA arremetió ayer contra Estados Unidos para protestar contra el aislamiento económico al que está sometido el país por haber reanudado su programa nuclear. La declaración se produjo mientras decenas de miles de ciudadanos se concentraron en la capital en apoyo de sus líderes. En filas, en una plaza cubierta de nieve, los manifestantes acudieron a la llamada del Gobierno para defender la firmeza militar.

Han jurado "ejercer el máximo esfuerzo para incrementar la capacidad de defensa nacional", dijo el Gobierno del régimen estalinista. "Estados Unidos debería optar por el diálogo con la República Democrática Popular de Corea, no por la guerra, ya que es muy consciente de que deberá pagar un precio muy alto por actos tan imprudentes".

En un editorial publicado simultáneamente por los órganos de propaganda de tres instituciones (el Partido de los Trabajadores, el Ejército del Pueblo y la Liga de la Juventud Socialista Kimilsung), el régimen estalinista reclamó el día de Año Nuevo la cooperación inter coreana para luchar contra la amenaza de EE UU y lograr la reunificación de la península de forma independiente.

La espiral de acusaciones en torno a la decisión del país asiático de reactivar su programa atómico y las consiguientes sanciones económicas de Washington y sus socios no ha cesado de crecer durante las últimas. Y en su camino ha arrastrado los esfuerzos diplomáticos, principalmente de Corea del Sur, que ayer cubrieron una nueva etapa. Seúl envió al consejero de seguridad nacional, Yim Sung-joon, a la capital americana para que se entreviste con su homóloga, Condoleezza Rice, y con el vicesecretario de Estado Richard Armitage.

La presión sobre Pyongyang va en aumento. EL Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha comunicado al régimen de Kim Jong-il que se le está acabando el tiempo para detener el programa nuclear y readmitir a sus inspectores, que fueron expulsados el mes pasado. Corea del Norte tomó esta decisión tras desmontar los sistemas de vigilancias instalados por el organismo de la ONU en sus centrales nucleares en virtud de un acuerdo firmado en 1994 por el cual debía paralizar el programa atómico a cambio de suministros energéticos. Éstos fueron suspendidos a principios de diciembre después de que Pyongyang reconociera en octubre que había mantenido activo el plan nuclear en contra de lo pactado. Como "autodefensa", para paliar la penuria energética, el país decidió reactivar la central de Yongbion.

"Hemos dejado bien claro que ésta no es una invitación abierta. Es sólo cuestión de semanas", dijo ayer Mohamed el Baradei, director del OIEA. "Si no cumple, tendremos que acudir al Consejo de Seguridad. Estamos hablando de semanas porque tengo que entregar un informe con carácter de urgencia a los países miembros".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 8 de enero de 2003