"Irak no ha aceptado, incluso ahora, el proceso de desarme al que se le ha sometido". En su primer balance tras dos meses de trabajo, Hans Blix, el jefe de los inspectores de armas de Naciones Unidas, aseguró que Bagdad coopera en la forma pero no en el fondo y sigue disimulando información sobre sus armas de destrucción masiva. Sus declaraciones no ayudaron a matizar las profundas diferencias que dividen el Consejo. Los Quince tienen nociones muy distintas del "tiempo" y la "cooperación" necesarios para desarmar Irak. Salvo Estados Unidos, que criticó el informe antes de escucharlo, la mayoría de los países miembros se mostraron a favor de prolongar el proceso de inspecciones, al menos hasta mediados de febrero.
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En poco menos de una hora, Hans Blix, jefe de la Comisión de Control, Inspección y Verificación de la ONU (en inglés, Unmovic) y Mohamed el Baradei, responsable del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), resumieron ante el Consejo dos meses de inspecciones en Irak, los primeros desde que el proceso de desarme quedara interrumpido en diciembre de 1998. Dieron dos visiones muy distintas.
Blix trazó un balance crítico y negativo: los equipos de Unmovic pueden realizar su trabajo, pero las autoridades de Bagdad "no cooperan activamente". La declaración de 12.000 páginas que Bagdad entregó el pasado diciembre se limita a repetir "documentos viejos" y "no aporta ninguna evidencia que aclare las preguntas" pendientes.
Son tres: "Cuántas armas ilegales fabricadas antes de la guerra del Golfo y quizá después, no han sido declaradas y permanecen intactas; qué ha producido o conseguido Irak ilegalmente desde el final de la guerra y cómo el mundo puede evitar la producción de armas de destrucción masiva en el futuro".
Más en detalle, Blix lamentó no tener más información sobre la existencias del gas VX y de ántrax (carbunco) y la fabricación de misiles de mayor alcance permitido por las resoluciones (150 kilómetros). Criticó la falta de cooperación iraquí al no permitir el uso de un avión espía U-2 para labores de reconocimiento y obstaculizar el interrogatorio de 11 científicos relacionados con el programa de armamento.
El Baradei fue más breve, menos contundente y pidió más tiempo para completar su misión. "No hemos encontrado por ahora pruebas de que Irak ha vuelto a fabricar armas (nucleares) desde la eliminación de su programa en los años noventa. Nuestro trabajo prosigue y debería seguir su curso. Con nuestro sistema de verificación (...) deberíamos poder asegurar en los próximos meses que Irak ya no tiene un programa de armas nucleares. Estos meses serían una inversión en la paz y nos ayudaría a evitar una guerra".
Las declaraciones de Blix y El Baradei no ayudaron a matizar las profundas diferencias en el seno del Consejo. El informe, aunque crítico, permite varias lecturas. Los Quince tienen nociones muy distintas de "tiempo" y "cooperación".
Estados Unidos, sólo frente al resto de los Quince, descartó las conclusiones del informe antes de escucharlas. "Irak no ha presentado una declaración completa y exhaustiva de sus armas de destrucción masiva y tampoco ha cooperado de forma inmediata, incondicional y activa", dijo el representante estadounidense ante la ONU, John Negroponte.
En franca minoría, EE UU y el Reino Unido consideran un nuevo plazo como una concesión apenas tolerable antes de una posible guerra. Washington puede otorgar más semanas de trabajo a los inspectores siempre y cuando el calendario de la ONU coincida con el de sus preparativos militares. El Pentágono espera tener listo su despliegue en la zona cuando el tándem de las inspecciones vuelva a declarar ante el Consejo, a propuesta de Alemania, el 14 de febrero.
Los otros miembros permanentes, Francia, Rusia y China, razonan en meses en vez de semanas. Consideran que el proceso de desarme acaba de empezar, prefieren agotar la vía diplomática y dar más oportunidades a los equipos sobre el terreno para que lleven a cabo su mandato. Estiman que la labor de Blix y El Baradei es satisfactoria y debe continuar.
Críticas de España
España, en su intervención, criticó duramente la falta de cooperación iraquí que calificó de "incompleta" y "pasiva". En su intervención el embajador español, Inocencio Arias, emplazó al Consejo a mandar un mensaje tajante y firme a Bagdad a quien acusó de poner la paz en peligro, informaron fuentes diplomáticas. Estas diferencias marcarán el debate de los próximos días. "No creo que lleguemos a ninguna conclusión esta semana", dijo uno el embajador de uno de los cinco países permanentes. El Consejo, que ayer se dio un plazo de 48 horas para analizar el informe de los inspectores, debía volver a reunirse hoy.
Fuentes de la ONU aseguraron que si bien hay consenso ampliar el plazo de las inspecciones, nadie piensa en fijar una fecha tope. Unmovic y la OIEA "deberían tener más tiempo para trabajar y todos nosotros, el Consejo y la Asamblea, debemos darnos cuenta de esto. No estoy diciendo para siempre, pero hace falta tiempo y sospecho que el Consejo lo va a permitir", dijo el secretario general de la ONU, Kofi Annan.
"Esto es parte de un proceso más largo", aseguró el embajador británico Jeremy Greenstock. "Esperamos escuchar a los inspectores el próximo 14 de febrero". Pero dejó en el aire una advertencia. "Las cuestiones pendientes no podrán resolverse de forma pacífica a través de Naciones Unidas si Irak no coopera al cien por cien. No es una cuestión de tiempo es una cuestión de actitud y por ahora la actitud no es suficiente".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de enero de 2003