Pasada la gala de los Goya, con su mensaje rotundo de "No a la guerra", continúa la polémica. Los derechos de retransmisión los tenía Televisión Española, y como tal distribuyó imágenes ayer por la mañana al resto de cadenas, que comprobaron que en la selección enviada faltaban todas las imágenes y comentarios combativos de la gala. TVE había omitido las protestas, las críticas alusiones al Gobierno y los mensajes contra la guerra de Irak. Ante la reclamación por parte de las cadenas de material más informativo, el canal estatal envió un nuevo montaje más adecuado a lo ocurrido en la gala.
Muchos comentaron que hubo llamadas para intentar enderezar la retransmisión
La ministra de Educación y Cultura, Pilar del Castillo, asistió molesta y con gesto serio a lo que estaba ocurriendo en la gala de los Goya. Los que estaban en el interior del auditorio comprobaron la cara de estupor y los gestos de negación de la ministra ante muchas de las afirmaciones de los cineastas y las duras críticas al Gobierno. TVE escatimó estas imágenes al espectador, ya que apenas ofreció un par de planos, y de refilón, de Pilar del Castillo. "Estaba seria y como un palo", dijo Nacho Mastretta, responsable de la música de la gala, que tuvo a la ministra enfrente en el patio de butacas. Al final de la ceremonia, Del Castillo fue evasiva: "De la gala, no comento; del cine español, lo que quieran". Ayer por la tarde, la ministra declaró a Efe que los sectores vinculados al mundo del cine deberán decidir qué es lo que quieren que sea la entrega de los Goya, y que "sería una equivocación" que esa ceremonia se convierta en algo distinto para lo que fue concebida.
La gala, gracias a las intervenciones improvisadas de premiados y presentadores en torno a temas como la guerra de Irak o la catástrofe del Prestige, tomó una dirección que no estaba prevista en el guión, pero que agradó a los responsables del espectáculo. Incluso, la aparición final de los dos presentadores, Guillermo Toledo y Alberto San Juan, con camisetas pintadas con las palabras Guerra y No, fue un acto improvisado en vista del tono político de la ceremonia.
Juan Cavestany, el guionista del espectáculo, montado por el grupo teatral Animalario, se mostró ayer "orgulloso" del resultado. "Esto ha sido en gran medida obra del público, una respuesta espontánea y una retroalimentación mutua entre el patio de butacas y los premiados y nosotros", aseguró. A ninguno de los implicados se les escapó el mensaje: "No a la guerra". Abrió la veda Marisa Paredes, presidenta de la Academia, con unas palabras que no conocían los guionistas. "El discurso no se oye hasta que se produce", aseguró Cavestany.
Por otra parte, ayer en TVE trataban de borrar las huellas de las protestas. Al filo del mediodía, la cadena pública difundió a través de la red de distrubución de Torrespaña un resumen de la gala al resto de los operadores. Este material institucional incluía ocho minutos que dejaban fuera los comentarios de los premiados contra la guerra y las críticas al Gobierno por su escalada bélica o su política en torno a la crisis del Prestige, así como la aparición en el escenario de un sindicalista de Sintel. Durante toda la mañana, TVE recibió una riada de protestas de los operadores televisivos, que reclamaban imágenes de las intervenciones que ayer destacaban todos los periódicos.
La televisión pública rectificó y dos horas más tarde (a las 14.15) facilitó un nuevo resumen de 12 minutos en el que aparecían las tomas recortadas inicialmente. "Solicitamos que nos mandaran imágenes con material razonablemente informativo", explicó Fernando Olmeda, editor de los informativos de fin de semana de Tele 5. La cadena privada solventó el retraso y finalmente tuvo tiempo para montar un vídeo con el nuevo material para el noticiario de las 14.30.
La información que ofreció ayer el Telediario 1 de TVE omitió las escenas más polémicas. Se limitó a subrayar que la gala estuvo marcada por "un claro aire circense y reivindicaciones pacifistas". Fuentes de la cadena pública admitieron que se trataba de una información "de perfil bajo", tal y como había sido solicitada por los directivos. Tan bajo, que en el Telediario 2 la información desapareció por completo. Telemadrid, también de titularidad pública, sí emitió los comentarios más controvertidos de los galardonados.
El impacto de la retransmisión en La Primera de TVE (que acaba este año su contrato con los Goya y está en negociaciones con la Academia para próximas ediciones) y en horario de máxima audiencia fue tal, que en la fiesta posterior de celebración de los premios muchos comentaron que se habían producido llamadas para intentar enderezar la retransmisión. "Eso se decía, pero no me lo creo; hubiese sido una llamada a la insurgencia", aseguró ayer Cavestany. También lo comentó Guillermo Toledo: "Eso he oído, pero hubiera sido muy fuerte, ¿no?".
Los premiados estaban encantados y lucían los carteles que los foros pacifistas habían repartido en la calle sin que se hubiesen puesto de acuerdo con nadie. "Me ha gustado mucho la gala, ha sido una sorpresa por lo cañera", decía Fernando León. "Ha sido muy fuerte y muy reivindicativa", afirmaba Javier Bardem.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de febrero de 2003