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El Barça deniega el segundo voto de censura en un mes contra Gaspart

La junta dice que debe transcurrir un año para otra moción y rechaza la del ex directivo Fusté

La junta directiva del Barcelona denegó ayer a un grupo de socios, encabezados por el ex directivo Ramon Fusté, la presentación de una nueva moción de censura contra el presidente del club, Joan Gaspart. El intento de voto de censura se produce sólo un mes después de que fracasara el que impulsó el socio Iván Carrillo. Todo hace indicar que Fusté y su grupo poseen mucha más fuerza y apoyos que Carrillo, pero la directiva se ampara en un informe jurídico según el cual no puede ser presentada otra moción hasta que transcurra un año.

La batalla jurídica está servida. La junta directiva salió anoche a la palestra para desligitimar el intento de voto de censura amparándose en el informe jurídico que solicitó cuando fracasó la anterior. De la lectura de los estatutos del club se deduce que si una moción de censura no logra las adhesiones necesarias o acaba fracasando en las urnas, el presidente no podría ser cuestionado de nuevo por el mismo motivo hasta dentro de un año. La misma ley está abierta, sin embargo, a interpretaciones. Por una parte, debe establecerse cuándo se entiende que es presentada una moción de censura y, por otra, si podría plantearse otra moción por razones distintas a la anterior. Fusté, amparado en informes jurídicos, dijo estar seguro de que el fracaso de la moción de censura de Carrillo no es óbice para que él pueda presentar una iniciativa similar. Carrillo, que unos días antes de presentar su iniciativa desestimó la invitación de Gaspart a entrar en la directiva, fracasó hace un mes en su intento. Sólo reunió 4.286 firmas, 219 menos de las que se requerían para forzar la votación.

Ni Fusté ni ninguno de los principales opositores a Gaspart apoyaron entonces a Carrillo. Fusté explicó ayer sus motivos. "La moción no me la planteo para ganarla. Y me la planteo con unas garantías de trabajo, seriedad, medios, apoyos, estudios, logística, estrategia. El anterior voto de censura no reunía muchas de estas condiciones", dijo.

La grave crisis deportiva que atraviesa el Barcça no es, según Fusté, el único factor que le ha decidido a impulsar el voto de censura. "La situación es de una gravedad extraordinaria. El descontrol en la gestión de la entidad nos conduce al abismo. El club necesita un cambio de rumbo", afirmó. Fue en la rueda de prensa que convocó dos horas después de solicitar en el club las papeletas para lograr la adhesión de los socios. Si el club no hubiera denegado el nuevo intento de voto de censura, habría dispuesto de un plazo máximo de cinco días para entregar las papeletas solicitadas por Fusté, que además de las 9.000 que debería recibir a cargo del club, solicitó otras 50.000 que deberían ser sufragadas por su grupo. Ahora, Fusté entiende que el club intenta ganar tiempo negando la legitimidad del proceso.

Fusté, empresario del sector audiovisual, fue directivo del Barcelona en la última etapa de Josep Lluís Núñez. Se distanció de aquella junta por entender que no se le permitió desarrollar el cometido para el que fue designado en el área de comunicación del club. Fusté es amigo íntimo de Louis van Gaal, pero ayer mismo desmarcó el momento elegido para presentar la moción de la destitución del técnico holandés. Junto a Fusté compareció Lluís de Val, miembro de la primera junta de Gaspart. Fusté pidió el apoyo a todos los socios sin distinción y apeló a Lluís Bassat argumentando que le corresponde en su condición de candidato en las últimas elecciones. Bassat se pronunciará hoy al respecto.

Asamblea el 1 de abril

El anuncio de la moción de censura no alteró la agenda de la directiva. La junta informó hace semanas de que ayer decidiría el día en que se celebraría la asamblea extraordinaria de compromisarios y así lo hizo. La fecha marcada en rojo es el 1 de abril. Gaspart decidió el día de la derrota ante el Sevilla (0-3), cuando la grada clamó por su dimisión, que sometería su continuidad al criterio de la asamblea. Sin embargo, la oposición sostiene que el objetivo de la misma es ratificar a los nuevos vicepresidentes que ingresaron en la junta tras la marcha de un grupo de directivos en diciembre. Entre ellos figura Sixte Cambra, considerado el delfín de Gaspart y candidato, según las mismas fuentes, a relevarlo en el futuro. Coronas explicó que, de momento, la junta carece de orden del día, pero avisó que será vinculante. "La asamblea, como órgano supremo de gobierno del club, ha de marcar el camino de esta junta, que será sensible, y el primero el presidente, a su dictamen. Por lo tanto, lo que dicte la asamblea será vinculante".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de febrero de 2003