Trozos desperdigados de chapapote llegaron ayer por tercer día consecutivo a diversos puntos de las Rías Bajas, donde el Gobierno gallego mantiene vigente la autorización para mariscar, aunque buena parte de las cofradías permanezcan inactivas por decisión propia. La Xunta sostiene que los últimos vertidos de hidrocarburos no amenazan el marisco e insiste en su propósito de "ir recobrando la normalidad en la medida que sea posible". El Gobierno gallego ha advertido a los marineros de que deben acostumbrarse a la presencia del chapapote en la costa.
"No se puede perder de vista que será necesario convivir con la existencia de galletas de fuel durante cierto periodo de tiempo", aconsejó la Xunta en un comunicado distribuido tras la reunión semanal de su Consejo de Gobierno.
Los mensajes gubernamentales, sin embargo, no tranquilizan a todos los marineros. "Algunos quieren decretar la normalidad, pero me temo que no es posible", afirmó Francisco Iglesias, patrón mayor de O Grove y vicepresidente de las cofradías de Pontevedra. A algunas playas de O Grove volvieron a llegar ayer bolas de chapapote, que, sin embargo, no alcanzaron las zonas de marisqueo, donde prosiguen las faenas iniciadas el pasado lunes. "Nosotros hemos vuelto a trabajar", explicó Iglesias, "porque se nos dio la indicación y algunos ya nos ponían de holgazanes. Pero la responsabilidad de esta decisión no es nuestra. La Administración debería pensar más en el medio plazo, no sólo en el día siguiente, y dejarse de decisiones unilaterales".
En la ría de Vigo, en el interior de las islas Cíes, también aparecieron ayer nuevos regueros de galletas. En esta zona, las cofradías ya habían decidido mantener la inactividad aunque la Xunta les autorizase desde el lunes a volver a las faenas.
Las mariscadoras de Aldán, en la ría de Pontevedra, sí hicieron caso al Gobierno gallego, regresaron a su trabajo el lunes y dos días después encontraron los arenales donde faenan pringados de chapapote. Las mariscadoras, que ayer continuaban limpiando las playas, han decidido por su cuenta suspender la actividad.
A las críticas a la actitud de la Xunta se sumó el alcalde de Vigo, el nacionalista Lois Castrillo, quien consideró "imprudente" que se permita el marisqueo mientras sigue llegando fuel.
Pero el presidente del Gobierno autónomo, Manuel Fraga, aseguró que los trozos de chapapote que arriban estos días a las Rías Bajas son un "fenómeno esporádico" atribuible, según él, "al mal tiempo y las mareas vivas, que desprenden el fuel de las rocas". Sólo en caso de que persistiesen las llegadas de hidrocarburo, la Xunta "reconsideraría" la apertura de la veda, una decisión, según Fraga, "sumamente acertada, que ha tenido gran éxito y magníficos precios".
Fuerte irritación
La insistencia de las autoridades en que no hay nuevas afluencias de fuel procedentes de los tanques hundidos del petrolero está provocando una fuerte irritación entre los marineros. No hay una sola cofradía que se haya enfrentado al chapapote en los últimos días sin tener la convicción de que no proviene de los restos que quedan en las peñas. Tanto por su apariencia -"es fuel fresco", insisten los marineros- como por sus movimientos. "El miércoles se nos comunicó que había unas manchas a unas tres millas de la isla de Ons. Con el tiempo que hacía y en el lugar donde estaban, era imposible que proviniesen de las rocas", explicó José Antonio Gómez, patrón mayor de Portonovo.
La versión oficial de que todo el fuel que llega ya estaba en la costa omite un detalle: ¿Dónde han ido a parar las 7.000 toneladas que ha vertido el Prestige desde que quedó sumergido soltando 125 toneladas diarias por sus 19 grietas?
Por toda la costa gallega se están avistando grandes irisaciones combinadas con galletas. En Fisterra se recogieron 40 toneladas de fuel; en A Coruña, unas siete, y en Cedeira, otras 15. En esta localidad están amenazados algunos de los principales bancos de percebe de Galicia, hasta ahora intactos. "Quiero creer que de momento no les ha afectado, pero hay que seguir luchando", afirmó el vicepatrón mayor, Agustín Pérez.
En Asturias, tres frentes de fuel fueron localizados ayer frente a la costa, en las verticales de los muncipios de Villaviciosa, Carreño y Cudillero, informa Javier Cuartas. En el Principado, que ha gastado ya seis millones en la limpieza de playas, continuaban ayer afectados por restos de chapapote 75 puntos del litoral: 43 arenales y 32 zonas de roca.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de febrero de 2003