La gran crecida del río Ebro obligó ayer a desalojar las poblaciones zaragozanas de Pradilla, Cabañas y Alcalá de Ebro (con unos 1.500 vecinos), cuyos municipios están anegados, y a mediodía de hoy llegará a la capital aragonesa, con un caudal de 3.000 metros cúbicos por segundo. El Gobierno autónomo decretó la máxima alerta, ante una situación que fue calificada de "excepcional". En Cataluña, la situación tiende a normalizarse tras el desembalse de los pantanos.
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Con adelanto sobre las últimas previsiones, la cresta de la crecida llegaba a la localidad zaragozana de Novillas a las seis de la tarde, con un volumen de caudal de 3.200 metros cúbicos por segundo, aunque sus vecinos no fueron desalojados. Esta población tiene anegadas desde hace dos días 2.000 de sus 2.500 hectáreas de cultivo.
La orden de desalojo sí les llegó a Pradilla (652 vecinos), Cabañas (524) y Alcalá de Ebro (312), localidades situadas por debajo del cauce del río. Once autobuses aguardaban a los vecinos, que se negaban a salir de sus casas. Jesús Lafuente, uno de ellos, recordaba que ya había abandonado su pueblo en varias ocasiones, "en el 61, cuando la gorda" -el Ebro alcanzó los 4.130 metros cúbicos por segundo-; entonces tenía cuatro años, "pero era distinto, ahora hay medios, palas, servicios de emergencia, de previsión. No me iré hasta que no reviente", dijo.
Como él, otros se resistían a abandonar sus casas. Pero la orden fue tajante a las tres de la tarde para enfermos y ancianos. Su destino, las localidades vecinas de Alagón, Tauste, Remolinos y Pedrola. Vecinos y fuerzas de Protección Civil se afanaban ayer en reforzar las motas de contención y en proteger las casas, ante la llegada de una punta prevista para las 23.00 de anoche.
La emergencia estaba decretada desde ayer por la mañana y el servicio de coordinación de Protección Civil dirigía los trabajos de bomberos, locales y provinciales; obras públicas, sanidad y voluntarios. También el Ejército estaba en situación de prealerta.
En Zaragoza, los primeros problemas comenzaron ayer por la tarde, con filtraciones en los garajes de la margen izquierda del río, la más afectada por las avenidas. En principio, en la capital sólo se prevén inundaciones en bajos y garajes en los barrios más próximos al río Ebro. No obstante, se calcula que el caudal será en la madrugada de mañana, sábado, de unos 3.000 metros cúbicos por segundo y alcanzará una altura de 5,77 metros, según anunció el secretario de Estado de Aguas, Pascual Fernández, que visitó las zonas afectadas.
La situación del Ebro en Cataluña se mantuvo estabilizada durante el día de ayer, después de que la crecida del río y la evacuación desde los pantanos de Mequinenza y Ribarroja de 2.200 metros cúbicos por segundo provocara inundaciones en Miravet, Aldover o García, informa Lali Cambra. Los municipios ribereños esperan que los embalses, que ayer se encontraban al 75% de su capacidad, puedan acoger la avenida del río, que mañana llegará a Tarragona.
La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) prevé que no se producirán nuevas inundaciones en el tramo inferior del río tras seis días de evacuación de agua de los embalses. La situación en Tortosa se complicó al infiltrarse agua en el sistema de cloacas, lo que produjo algunos problemas puntuales de inundaciones. En la capital del Baix Ebre, el río llegó a una altura de seis metros y medio, a sólo 30 centímetros de desbordarse.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de febrero de 2003