La ciudad de Tudela (Navarra) vivió ayer las peores inundaciones de los últimos veintidós años. La margen izquierda del río Ebro, cientos de hectáreas en las que se cultivan algunas de las verduras de mayor prestigio de España, quedaron completamente anegadas por las aguas, que rompieron diques y barreras e inundaron granjas animales, fábricas, almacenes y campos provocando decenas de millones de euros en pérdidas materiales, según las primeras estimaciones de los sindicatos agrarios y la administración municipal.
En la mañana de ayer, las aguas del Ebro registraban el paso de 3.300 metros cúbicos de agua por segundo, más del doble de su caudal habitual. Un volumen sólo superado por las inundaciones de 1978 (3.370) y de 1960 (4.900).
Los bomberos tuvieron que utilizar varias barcas para sacar a numerosas personas mayores de sus casas y movilizar algunos vehículos atrapados en una imagen más propia de Venecia que de la capital de la Ribera navarra. La sinuosidad de unas calles medievales en las que el tráfico rodado no puede acceder y en las que el agua superó el metro de altura agravaron los problemas de movilidad de los vecinos y de evacuación de materiales.
La fuerza de las inundaciones ha sido tal que seis carreteras seguían ayer cerradas al tráfico, entre ellas la N-113 entre Pamplona y Madrid a la altura de Castejón.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de febrero de 2003