Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
AMENAZA DE GUERRA | El debate parlamentario

La oposición en bloque vota a favor de la moción contra la guerra en Irak

El Gobierno irrumpió por sorpresa en el debate del Congreso para replicar a la izquierda

"Asumiremos nuestra soledad", había advertido el portavoz del PP, Luis de Grandes, al filo de las dos de la tarde. Sabían los populares que la Cámara votaría por la noche una moción consensuada para pedir al presidente del Gobierno que se oponga a los planes de George Bush para atacar Irak. El partido en el Gobierno, en efecto, se quedó solo en su defensa de una guerra preventiva contra Irak: 151 votos a favor de la moción contra los 175 del PP. Pero antes de asumir esa soledad, rompiendo todos los usos parlamentarios, el Gobierno irrumpió en el debate de la moción contra la guerra. El vicepresidente Mariano Rajoy yuguló el desarrollo normal de la sesión y subió a la tribuna tras intervenir IU y PSOE para "fijar la posición del Gobierno".

Rajoy consiguió varias cosas: el efecto sorpresa, ya que nadie esperaba que el Ejecutivo interviniese en el debate -algún miembro de la oposición habló de "filibusterismo parlamentario"-; limitar el enfrentamiento a IU y PSOE, que son los únicos que pudieron contestarle tras su intervención, de manera que el Gobierno no se enzarzó con los que llama habitualmente grupos "amigos", es decir, CiU y CC. Y, por fin, forzó a la oposición de izquierda a debatir con él, intentando una imagen de clara distinción respecto de los demás grupos. De hecho, Rajoy se ausentó del hemiciclo en cuanto concluyó la confrontación con aquellos dos partidos y regresó poco antes de la votación.

PSOE, IU, PNV, Coalición Canaria y el Grupo Mixto habían consensuado una moción de tres puntos en la que, en sustancia, se pide al Gobierno que actúe ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para apoyar la continuidad de la labor de los inspectores en Irak y para buscar "soluciones alternativas a un desenlace militar del conflicto". También pretendían que el presidente del Gobierno compareciese en el Congreso para fijar la posición de España "antes de adoptar compromiso alguno respecto a una guerra en Irak".

Felipe Alcaraz, en nombre de IU, y Jesús Caldera, como portavoz del PSOE, hicieron saber al Gobierno que estaba condenado a la soledad de los votos del Grupo Popular frente al resto de la Cámara. Por ahí iba el debate cuando, inopinadamente, irrumpió Rajoy en la tribuna para tratar de desmontar los tres puntos de la moción consensuada por todos los demás. Argumentó que podía estar de acuerdo con casi todo pero con matices ya que, a su entender, la oposición trata con ello de "maniatar al Gobierno" para que fije desde ahora una posición y eso, dijo, es algo que ningún Parlamento europeo ha exigido al Ejecutivo de sus países.

El vicepresidente, que estuvo acompañado en el banco azul por los ministros Federico Trillo, Francisco Álvarez-Cascos y Javier Arenas, acusó a la oposición de intentar, como único objetivo, mostrar la imagen de soledad del Gobierno. Caldera respondió que eso no era sino una muestra del consenso frente a la imposición que pretende el Gobierno y le pidió que siga a Francia y Alemania. Rajoy insistió en sembrar dudas sobre cuál será la posición final de los países que integran el Consejo de Seguridad y deslizó advertencias sobre el riesgo que supone adelantarse a lo que vaya a ocurrir en la ONU.

La intervención del Gobierno trató de demostrar que PSOE e IU han ido cambiando de posición con el único propósito de zancadillear al Ejecutivo y retó a la oposición a que dijese definitivamente si alguien "se va a oponer a que se cumpla la legalidad internacional", respecto a las resoluciones de la ONU. Preguntó por el plazo que la oposición demanda para los inspectores. "¿Cuánto tiempo es necesario?", le replicó Caldera. "Lo que valen las vidas humanas, calcúlelo usted", espetó el portavoz socialista a Rajoy.

El Grupo Popular intentó una finta pidiendo que se separase un punto de la moción conjunta, para votarlo, pero PSOE e IU se negaron. Sí consiguió votar dos puntos de la moción de CiU: acercar posiciones europeas y que el Gobierno informe del conflicto en el Parlamento.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de febrero de 2003