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AMENAZA DE GUERRA | Las armas de Irak

Sadam Husein se niega a destruir los misiles Al Samud como le exigen los inspectores

Bagdad tiene cerca de 120 misiles que, por su alcance, violan las resoluciones de la ONU

Irak no tiene ninguna intención de destruir los cerca de 120 misiles Al Samud que tiene en su poder y que, según los expertos de Naciones Unidas, superan los 150 kilómetros de alcance. En una entrevista concedida por el líder iraquí, Sadam Husein, al periodista de la emisora de televisión estadounidense CBS Dan Rather, el mandatario se negó a aceptar el plazo de una semana para iniciar la destrucción de las armas y, a cambio, retó al presidente de EE UU, George W. Bush, a un debate televisado para discutir sobre la crisis de Oriente Próximo.

De las 12 instalaciones que los inspectores de desarme de la ONU visitaron ayer, cuatro estaban relacionadas con la fabricación de misiles. Sus equipos balísticos llevan desde la semana pasada dedicados a realizar un inventario de los Al Samud y sus componentes. Irak tiene entre 100 y 120 unidades de esos misiles, cuyo alcance supera los 150 kilómetros autorizados, según los expertos de la ONU. Si Bagdad no quiere dar un pretexto para el ataque de Estados Unidos, debe empezar a destruirlos antes de que acabe esta semana.

La eventual destrucción de los Al Samud y de la infraestructura para su fabricación, tal como exige el jefe de la Comisión de desarme, Hans Blix, sería un golpe para las capacidades defensivas de Irak, pero no irremediable. Así lo ha reconocido el general Mohamed Husam Amín, jefe del Departamento Nacional de Seguimiento (DNS), el organismo interlocutor de los inspectores. "Este misil representa sólo un aspecto de nuestras capacidades defensivas", asegura, "tenemos una capacidad global".

Irak incluyó los Al Samud en la declaración de 12.000 páginas que entregó a la Comisión de desarme el 8 de diciembre. Según fuentes diplomáticas que han tenido acceso a parte de ese texto, daba la cifra de 76 misiles, si bien precisaba que había canibalizado algunos para repuestos y utilizado otros para pruebas. Aunque no han hecho público el dato, los inspectores estiman que tiene entre 100 y 120. Su producción continuó hasta fechas recientes cuando, al constatar que sobrepasaban el alcance permitido, los expertos exigieron que se interrumpiera.

Resoluciones claras

Las propias dudas sobre su radio de acción fueron fruto de los datos facilitados por Irak, como señaló Hans Blix en su informe del día 14 ante el Consejo de Seguridad. Tal vez por ello, el responsable de los equipos de desarme haya querido dar a Irak la posibilidad de que se deshaga de ellos. Las resoluciones de la ONU autorizan a los inspectores a destruir o inutilizar cualquier arma prohibida que hallen en territorio iraquí. Y prohibidas están, de acuerdo con la resolución 687, todas las de destrucción masiva (nucleares, químicas y biológicas) más los misiles con un alcance superior a 150 kilómetros.

"El Al Samud estaba y sigue estando en fase de investigación y desarrollo; aún no ha alcanzado su fase final y los pesos no son finales", ha justificado el general Amín. Pero los expertos de varios países que examinaron en Nueva York las pruebas recogidas por los inspectores opinan de otro modo. No sólo superan el alcance permitido (algo que podría estar relacionado con el menor peso al no llevar sistemas de guiado), sino que su diámetro ha pasado de 600 milímetros a 760.

Los servicios de espionaje del Reino Unido detectaron un "cambio de paso" en el programa misilístico iraquí a mediados del año 2001. Según el informe británico de octubre, Irak estaba trabajando en un misil de mil kilómetros de alcance, pero con las sanciones no era previsible que lo lograra antes de 2007. El mismo texto aseguraba que aún guardaba 20 Al Husein (de 650 kilómetros), 50 Al Babel (de 200 kilómetros) y que seguía desarrollando el Al Samud, al que también daba un alcance de 200 kilómetros.

Estos datos venían a reforzar la preocupación expresada por el espionaje estadounidense en el mismo sentido. "Los Al Samud podrían transformarse con rapidez en misiles de largo alcance", advertía la Fundación Carnegie en Arsenales mortales: tras la pista de las armas de destrucción masiva, que hizo uso extensivo de material de la CIA.

Sin embargo, el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), con sede en Londres, se mostraba menos alarmista. "Irak es incapaz de fabricar localmente todos los componentes esenciales del misil", constataba su análisis. El IISS aceptaba que Irak podía haber extendido el alcance del Al Samud, pero aseguraba que una fuerza de estos misiles sería "incapaz de alcanzar objetivos de valor fuera de sus fronteras".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 25 de febrero de 2003