Un paso más y éste es casi definitivo. El Barça arrancó un empate en San Siro que le permite ya entornar la puerta de los cuartos de final. El partido, tosco, duro y que dejó un par de damnificados (Cocu y Puyol fueron retirados por lesión), apenas dejó juego y muy pocas dosis de fútbol. Pero algo quedó constatado: que el nuevo Barça de Antic, que no ha perdido en cinco encuentros, también sabe sufrir, y que ahora es capaz de soportar la presión ante un rival y un estadio de relumbrón. Los azulgrana no tuvieron la eficacia de otras noches, pero se aprovecharon de las horas bajas del Inter, incapaz además de ver puerta. El récord europeo ha quedado en 11 victorias, pero el punto ganado, además de la inyección de moral, vale su peso en oro. El equipo de Cúper tendrá que jugarse ahora la clasificación con el Newcastle, todavía sin comprender por qué Vieri, máximo goleador del calcio, sigue en Europa a cero.
INTER 0 - BARCELONA 0
Inter: Toldo; J.Zanetti, Gamarra, Cannavaro, Pasquale; Guly (S.Conceiçao, m.78), Dalmat (Martins, m.60), C.Zanetti, Morfeo; Kallon (Di Biagio, m.34) y Vieri.
Barcelona: Bonano; Gabri, Puyol (Andersson, m.78), De Boer, Reiziger; Rochemback (Riquelme, m.67), Xavi, Cocu (Mendieta, m.58), Motta; Saviola y Kluivert.
Árbitro: Urs Meier (Suiza). Amonestó a Puyol, Morfeo, Cocu, Cannavaro y Gabri.
San Siro. Unos 71.500 espectadores.
El contraataque azulgrana fue demasiado tibio, pero Kluivert y Gabri tuvieron ocasiones
El fútbol del Barça no fue ni brillante ni letal como el de hace una semana. Fue práctico, con oficio y acabó por desesperar a los italianos. El partido fue una sombra del que se disputó en Barcelona. La primera parte, sin apenas juego y ocasiones, fue un tratado para el aburrimiento, sólo mejorada por los contragolpes finales de la segunda mitad. Le faltó al Barça un palmo para llevarse el encuentro pero Gabri envió fuera en el instante final. Pero el resultado, que ponía a prueba al equipo de Antic fuera de casa y ante uno de los grandes, no defraudó a nadie. Otra cosa fue el juego: no hubo durante largos minutos ni rastro de los dos equipos. Una nulidad de juego ofensivo. Roto por las faltas, el encuentro estuvo enredado todo el tiempo. El miedo atenazó tanto al Inter, temeroso de recibir otro varapalo, como al Barça, deseoso de no romper su racha.
El Inter intentó cumplir rápidamente con el supuesto guión de la revancha pero se le acabó pronto. Vieri buscó un gol en el primer minuto, anulado en un dudoso fuera de juego, y ahí desapareció. Los azulgrana, muy concentrados e indiferentes a la presión de la grada, interpretaron el juego con parsimonia, con un leve dominio sobre el balón, esperando su ocasión. Cojo por la ausencia de Overmars, canalizó sus internadas a través de Rochemback, su sustituto. Pero ni el brasileño primero ni Gabri, después, tras un espléndido pase de Saviola, supieron batir a Toldo. No hizo tampoco mucho más el Inter, muy mermado por la ausencia de Recoba (sancionado por el pisotón en la cara a Puyol) y acusando la lentitud de Vieri. Kallon, el sustituto del uruguayo, tampoco tuvo suerte y acabó reemplazado a la media hora por lesión. La defensa del Barça, pegajosa, sin dejar de presionar (lleva cuatro partidos sin recibir un gol), tampoco le permitió hacer más. El Inter estuvo tan indolente que su afición, desesperada, le castigó con silbidos, especialmente a Morfeo, tan capaz de desperdiciar una ocasión clara como de intentar marcar con la mano. Un sopor. Sólo pareció despertar justo antes del descanso, cuando reclamó un penalti en su área de Bonano y Vieri probó el chute.
Imposible de mantener unos biorritmos tan bajos, el Inter salió en tromba tras el descanso y Vieri volvió a demostrar que está negado en esta competición cuando sólo ante Bonano picó de cabeza fuera. Cayó en numerosas ocasiones en fuera de juego. Desde entonces el juego se estiró definitivamente, de punta a punta, de portería a portería, en contragolpes que siempre quedaron frustrados por la miopía de las dos delanteras. Bonano barrió todo lo que le llegó: despejó hasta con los pies, su punto débil, un balón enviado por Dalmat que acabó en un rapidísimo contraataque que Gabri no concretó. El Barça, letal con espacios, tenía ya el partido que quería. Abierto y enloquecido, quedó claro que quien marcara primero se llevaría el partido. Nadie lo hizo. Kluivert y Saviola, muy trabajadores y que ya dejaron en el Camp Nou en evidencia a la zaga interista, no tuvieron esta vez fortuna en un par de ocasiones. Tampoco Obafemi, que, solo, envió el balón por encima de la portería.
Caídos Cocu (su lesión reviste gravedad) y Puyol (recibió un impacto en la cabeza al chocar con De Boer), Antic tiró de Mendieta y de Andersson, que reaparecía tras varios meses de lesión. Poco antes, Riquelme había entrado por Rochemback para templar el partido. Fue él quien le dio un último pase a Gabri, que remató alto. El Inter languideció sin aprovechar siquiera que durante algunos minutos finales el Barça se quedara con 10 porque De Boer sangró dos veces. El partido acabó mientras los seguidores coreaban a Rivaldo, que juega en San Siro pero con el Milan. El Barça no impresionó en el estadio milanés como hace dos años, cuando el zurdo logró un hat-trick a su nuevo equipo, pero se salió con la suya. El punto casi le mete en cuartos.
Grave lesión de Cocu
Después de batir en la pasada jornada el récord de victorias en la competición europea (11), el Barça no pudo aumentarlo ayer, pese a que por cuarto partido consecutivo consiguió dejar a cero su portería. El empate le deja a las puertas de la clasificación, aunque no la tiene todavía firmada, a la espera de la próxima visita del Leverkusen, que ayer fue goleado por el Newcastle (3-1, con tres goles de Shearer).
El saldo del partido, sin embargo, tuvo su cruz con la seria lesión que sufre Cocu, que de acuerdo con el primer diagnóstico del doctor Ricard Pruna, sufre "una rotura del ligamento lateral interno de la rodilla izquierda".
"Habrá que aguardar a las pruebas médicas que le realizaremos mañana [por hoy]", prosiguió el médico, "pero parece grave. Pese a que no parece que tenga otras lesiones asociadas, Cocu puede ser baja por más de dos meses". El entrenador, Radomir Antic, insistió igualmente en su preocupación por la lesión del capitán azulgrana: "La cosa no pinta nada bien; habrá que rezar". Y remachó: "Para nosotros es un jugador muy importante".
Cocu ya se lesionó hace dos años en el mismo estadio en un partido ante el Milan cuando chocó violentamente con Petit. También tuvo que ser sustituido Puyol por una lesión en un pómulo -puede sufrir una fractura- que le afectó igualmente el ojo derecho -visiblemente ennegrecido y cerrado-, aunque se espera que pueda jugar el domingo en Pamplona.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de febrero de 2003