Dirigentes del Gobierno y del PP acusaron ayer de "frívolo" a Pascual Maragall, el líder de los socialistas catalanes, por dar credibilidad a las denuncias de tortura del director del diario Euskaldunon Egunkaria, Martxelo Otamendi. El secretario general del PP, Javier Arenas, exigió a José Luis Rodríguez Zapatero que desautorice a Maragall. El ministro de Justicia, José María Michavila, acusó al líder del PSC de mantener una actitud "frívola" por creer las denuncias de Otamendi sobre torturas de la Guardia Civil. "Si Maragall tiene alguna evidencia de que se cometen torturas, espero que ya haya acudido al juez de guardia o al fiscal para presentar esas pruebas, y si no, espero que haya rectificado esa gravísima frivolidad", señaló Michavila.
Los dirigentes populares también recordaron ayer que el PSC ha votado en el Parlamento catalán contra la reforma legal aceptada por el PSOE para endurecer el cumplimiento de penas a terroristas y pidió a Maragall que rectifique. Michavila sostuvo que las palabras del dirigente socialista catalán son consecuencia "de una actitud" con la que trata "de que no sea la firmeza democrática quien combata el principal problema que tienen todos los españoles: ETA y el terrorismo".
Por otra parte, el grupo de Los Verdes en el Parlamento Europeo arropó ayer a los representantes de Egunkaria que en Bruselas expusieron la clausura del diario como un atentado a la libertad de expresión. Eneko Bidegain y José María Pastor, miembros ambos de la redacción de Egunkaria, aseguraron que estudian llevar el caso ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo y se lamentaron de un cierre cautelar que, en la práctica, supone la muerte del rotativo, "el único en lengua vasca que, además, se había convertido en un referente periodístico y que contribuía a la modernización" del euskera, en palabras de Bidegain.
"Cerrar un periódico es siempre un atentado a la libertad de expresión", dijo la eurodiputada Monica Frassoni, copresidente de Los Verdes. "Mi grupo ha estado siempre en contra también de las leyes especiales que permiten este tipo de cosas". Para Pastor, otra prueba de que se trata de una decisión arbitraria reside en el hecho de que "la redacción de Bayona sigue abierta. Este atentado no es vendible en Francia", aseveró Pastor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 5 de marzo de 2003