Durante buena parte del día de ayer, los británicos dijeron que eran 30 los pozos de petróleo que los iraquíes habían quemado, pero luego se confirmó que fueron tan sólo siete las reservas incendiadas, según las mismas fuentes del mando británico citadas por la agencia Reuters.
"No son tantas como nos temíamos", decían cuando pensaban que eran una treintena, así que la cifra definitiva está todavía lejos de causar la temida catástrofe ecológica que se produjo en 1991, cuando el Ejército de Sadam Husein cubrió su retirada de Kuwait incendiando las reservas de ese país y derramando grandes cantidades en el golfo Pérsico.
Por otra parte, el Partido Liberal del Reino Unido ha elaborado un informe sobre el impacto ecológico que puede desencadenarse en la zona si se repiten los acontecimientos. El diputado de la Cámara de los Comunes Norman Baker ha sido el encargado de presentarlo y ha anunciado que podría producirse una catástrofe medioambiental "sin precedentes" ya que se podrían emitir 850.000 toneladas de dióxido de carbono al día que saldrían de los 1.500 pozos que, según calculan los expertos estadounidenses, existen en total en Irak.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 22 de marzo de 2003