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GUERRA EN IRAK | Las movilizaciones de protesta

Madrid vuelve a decir 'no' a la guerra

Un grupo minoritario de radicales revienta la tercera manifestación en el centro de la capital

El tercer sábado de manifestaciones masivas contra la guerra que se celebró ayer en Madrid acabó mal. Y ello pese a la voluntad de la inmensa mayoría por marchar pacíficamente contra la guerra mientras coreaba consignas contra el conflicto y contra el Gobierno que preside José María Aznar. Esa mayoría de manifestantes optó por cambiar el recorrido, por negociar la autorización de la marcha y por evitar cualquier violencia. Quiso cerrar con la lectura de poemas en la Puerta del Sol a partir de las nueve de la noche. Y empezó a hacerlo. Pero a esa misma hora, un grupo que ya había protestado por el cambio de planes que impidió ir hasta el palacio de la Moncloa se enfrentó, en una batalla campal, con la policía. En la memoria quedarán los graves disturbios, los heridos y los destrozos con los que concluyó la tercera gran manifestación en Madrid contra la guerra. Pero antes hubo una marcha tranquila.

Centenares de miles de personas se manifestaron ayer en toda España para protestar contra la guerra en Irak que comenzó en la madrugada del jueves. La máxima tensión se concentró en la protesta de Madrid y en los alrededores de la Puerta del Sol. Horas antes de que comenzara, el ministro del Interior, Ángel Acebes, aseguró que la manifestación era ilegal pues no había sido solicitada formalmente a la delegación del Gobierno. Pero poco antes de mediodía, los organizadores pactaron la autorización de la protesta desde el intercambiador de Moncloa hasta la plaza de España. Renunciaron así a la pretensión de dirigirse hacia el palacio de la Moncloa.

La gran mayoría de los manifestantes asumió sin problemas el cambio de planes y abarrotó, en todo su recorrido, la gran arteria de Princesa y Gran Vía. Pero un grupo de unos 250 jóvenes y adolescentes optó por encararse al cordón policial que impedía, ante el Arco del Triunfo, ir hacia el palacio de la Moncloa. Intercalaron proclamas contra la policía con el lanzamiento de aviones de papel a los agentes.

Los demás, es decir, casi todos, enfilaron la calle Princesa hasta la Plaza de España. Ése era el recorrido pactado verbalmente entre entre los organizadores y la delegación del Gobierno. Pero desde ahí siguieron, sin problemas, por la Gran Vía hasta Callao y, de ahí, a la Puerta del Sol.

Poemas contra la guerra

La llegada al Kilómetro Cero tenía como objetivo leer allí poemas contra la guerra. Y lo hicieron sin que mediara ningún impedimento. Inició la lectura de un poema de Blas de Otero, a las nueve de la noche, la cantante y actriz Ana Belén. Pero a esa misma hora en la confluencia de la Red de San Luis con la calle Montera el ambiente era todo menos poético. Un grupo de manifestantes (menos de medio centenar), ya en la cola de la protesta, llenaron de pintadas los escaparates a partir de Callao, rompieron lunas en la Red de San Luis y completaron la faena prendiendo fuego a contenedores de basura en la calle Montera. Esa calle, habituada a la inseguridad ciudadana que conlleva el ejercicio de la prostitución más barata, literalmente se incendió.

En Sol se escuchaban los disparos y los manifestantes allí concentrados tomaron partido en contra de la policía. Como telón de fondo pesó mucho el argumento de las cargas policiales en la noche del viernes contra los estudiantes que protagonizaron distintas manifestaciones aparentemente espontáneas.

Cuando la policía llegó a la Puerta del Sol, la mayoría de los concentrados exigió a los agentes que salieran de allí, y lo logró. Su conclusión fue que, como había ocurrido el día anterior, la carga policial fue "desproporcionada" y las instrucciones políticas que obedecían los agentes poco respetuosas con la voluntad antibelicista de los manifestantes.

Durante toda la marcha, que comenzó poco después de las 18.00, la cantidad y variedad de eslóganes contra el Gobierno y, sobre todo, contra el presidente José María Aznar superó a gran distancia las proclamas contra la guerra. Algunos ejemplos: "La nueva becaria tiene bigote"; "Aznar, te toca el cinco de copas"; "Pueblo, dimite, el Gobierno no te admite"; "Hay que ilegalizar al Partido Popular". Todos intercalados con "policía asesina" o "Aznar asesino".

Políticos de Izquierda Unida, empezando por su líder, Gaspar Llamazares, y sus dirigentes Francisco Frutos, Inés Sabanés o Fausto Fernández; del PSOE, representados por los diputados Juan Fernando López Aguilar, Leire Pajín y Diego López Garrido, y el candidato a la comunidad de Madrid, Rafael Simancas, pues no acudió el secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero; así como sindicalistas madrileños marcharon en primera fila en la manifestación. Todos "reivindicaron" el derecho de manifestación y criticaron las cargas policiales de la noche del viernes. Todos acusaron al PP de "haber perdido la calle".

Y una vez más, la guerra de cifras: hubo un millón de manifestantes, según los organizadores, y sólo 20.000, según la delegación del Gobierno.

Esta información ha sido elaborada por Pilar Marcos, Carlos E. Cué, Patricia Ortega Dolz y Fernando Pérez.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 23 de marzo de 2003