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GUERRA EN IRAK | La situación en Bagdad

Nuevas oleadas de bombardeos sobre Bagdad

Los últimos ataques dejan tres muertos, 218 heridos y afectan por primera vez a zonas residenciales

Las bombas no sólo caen de noche. Bagdad sufrió ayer el primer bombardeo a la luz del día desde que comenzara la ofensiva militar estadounidense y, también por primera vez, cayeron proyectiles en zonas residenciales. Al menos 20 misiles Tomahawk fueron lanzados sobre la capital iraquí a lo largo de la jornada. Sus habitantes aún no se habían repuesto de las intensas sacudidas que causaron los 320 cohetes de la noche anterior y que, según fuentes oficiales, dejaron tres muertos y 218 heridos. A pesar de las noticias, el régimen de Sadam Husein mantenía un tono de firmeza y desafío: "Bagdad mantendrá la cabeza bien alta", aseguró el ministro de Información, Mohamed Said al Sahaf.

Por primera vez desde el comienzo de la guerra, dos barrios residenciales de la capital iraquí, Al Qadisiya y Al Yamia, resultaron afectados por sendas bombas estadounidenses. El Ministerio de Información, reticente en las últimos días a mostrar los efectos de los bombardeos en las zonas oficiales, se apresuró a llevar a los periodistas extranjeros a presenciar los daños causados en varios edificios de viviendas. En Al Qadisiya se podía observar anoche un cráter de al menos diez metros de diámetro, dos casas destruidas y otras cinco dañadas, así como ropa y enseres domésticos esparcidos por las calles. "EE UU dice que sólo ataca zonas militares. Esta es la demostración de que están mintiendo", dijo el ministro Al Sahaf, quien no precisó si hubo víctimas mortales.

A pesar de las noticias que llegan del sur del país, los ministros de Sadam insistían en negar los reveses militares y continuaban atacando verbalmente a sus enemigos. Al Sahaf dijo que el Ejército iraquí había rechazado la ofensiva angloamericana y destruido cinco carros de combate. También defendió que los capturados por las tropas estadounidenses eran civiles y no soldados iraquíes.

"No es cierto que la heroica 51ª división haya caído, sino que sigue defendiendo Basora", aseguró el general Akil Abbas, un portavoz militar que acompañaba a Al Sahaf. El ministro insistió en que la resistencia continuaba en la ciudad postuaria de Um Qasr.

Los medios de comunicación iraquíes eran aún más militantes. El informativo de media tarde de la televisión local anunció que un misil Scud había derribado un cazabombardero, y que sus defensas antiaéreas habían echado abajo a dos helicópteros. Alentados por el espíritu patriótico de sus informativos, algunos ciudadanos aseguraban haber presenciado cómo sus fuerzas lograban interceptar varios de los misiles estadounidenses.

Observar los aviones

"Sí, sí, anoche vimos cómo tres de ellos estallaban en el aire antes de llegar a su objetivo", aseguraba entusiasmado Faisal. Él, como muchos otros bagdadíes, hace caso omiso de las alarmas antiaéreas y en lugar de acudir a un refugio o encerrarse en casa, sube a la azotea para ver pasar los cohetes o los aviones enemigos.

El espectáculo de las balas trazadoras y los disparos de las baterías antiaéreas se asemeja mucho al de los fuegos artificiales, y la curiosidad termina por vencer al miedo. En los barrios populares, donde Sadam Husein es muy querido, se celebran con grandes vivas e invocaciones a Dios esos triunfos contra los misiles.

Sea como fuere, la mayoría dieron en el clavo y con una precisión que ha sorprendido gratamente a muchos iraquíes. "Ahora está claro que nosotros no somos el objetivo", comentaba aliviada una residente del barrio de Hadriye. Aun así, se han producido víctimas civiles. Al Sahaf declaró que 19 de los misiles disparados durante la noche anterior habían causado dos centenares de heridos, en su mayoría mujeres, niños y ancianos.

"Entre las ocho de la tarde de ayer [viernes] y las seis de la mañana de hoy [sábado], hemos registrado 3 muertos y 218 heridos", precisó el ministro de Sanidad, Umid Midhat Mubarak, durante una visita al hospital universitario Al Mustansiriya. Con las de ayer son ya 7 las víctimas mortales y 250 los heridos desde que el jueves se iniciaran los bombardeos. Sin embargo, Mubarak dijo que carecía de información sobre el resto de las provincias. "Estamos tratando de recoger esos datos y en cuanto estén disponibles se los ofreceremos", prometió.

La mayoría del centenar de heridos admitidos en Al Mustansiriya, uno de los cinco hospitales a los que se ha trasladado a las víctimas de los bombardeos, sufrían cortes y contusiones diversas de carácter leve. Hay que tener en cuenta que la onda expansiva de los misiles utilizados en estos ataques puede alcanzar un kilómetro de radio. De ahí que las autoridades insistan en que "los civiles afectados se encontraban en sus casas". Sólo dos personas, entre ellos un niño de cuatro años, habían sido derivados a la unidad de quemados con un pronóstico más grave. Otras 30 fueron enviadas a centros especializados.

"La intensidad de las explosiones ha sido mucho mayor que nada que hubiéramos sentido antes", declaró un ingeniero que vivió de cerca la guerra contra Irán (1980-1988) y la primera guerra del Golfo (1991); "aun así, la frecuencia y el número de objetivos fue considerablemente menor", añadió. Para muchos residentes, incluso los cuatro días de bombardeos de la operación Zorro del Desierto, en diciembre de 1998, resultaron más duros. Claro que ahora la guerra no ha hecho más que empezar.

Palacios presidenciales

Aunque las autoridades iraquíes no ofrecieron un recuento de los objetivos alcanzados, una inspección visual realizada durante la tarde permitió comprobar que al menos tres palacios presidenciales estaban seriamente dañados. En el palacio Al Sadam, dedicado a alojar visitas de Estado, la cúpula con forma de yelmo de Saladino se había derrumbado por completo, pero los cuatro bustos de Sadam se mantenían firmes en las cuatro esquinas. También quedó en ruinas el palacio de Al Suhur, antigua residencia real y ahora cuartel general de uno de los numerosos servicios secretos del régimen.

Sin embargo, la cúpula turquesa del antiguo Palacio Real se veía intacta desde el puente del 14 de Julio. Aunque la noche anterior se vieron tres grandes fuegos en el enorme recinto de ese palacio, rebautizado en la República tras el derrocamiento de la monarquía en 1958, los edificios destruidos corresponden al Estado Mayor de la Guardia Republicana y las oficinas del primer ministro y el Gabinete. No fue posible comprobar los daños causados a un cuarto palacio, el situado en el barrio de Radwaniya.

Otras sedes alcanzadas por los misiles incluyen la Academia General de Policía, el Estado Mayor del Ejército del Aire, el Departamento de la Seguridad General y el complejo militar de Al Tayi, a 25 kilómetros al norte de Bagdad y donde los inspectores de la ONU verificaron el desmantelamiento de 70 misiles Al Samud antes de su salida de Irak. La única destrucción que las autoridades iraquíes mostraron a los periodistas fue la del centro recreativo de la isla de Al Aaras, un lugar popular para la celebración de bodas dependiente del departamento de Turismo, cuyo restaurante y edificios adyacentes quedaron pulverizados.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 23 de marzo de 2003