Las tropas de EE UU y el Reino Unido cercan Basora tras lograr el control del puerto viejo de Um Qasr, en el que aún quedan focos de resistencia, según informaron ayer fuentes del Pentágono. Basora, que llegó a tener 1.330.000 habitantes, es el principal bastión de Sadam Husein en el sur de Irak. El Ejército aliado ha consolidado sus posiciones en el exterior renunciando a entrar en la ciudad. El objetivo es evitar el combate cuerpo a cuerpo para minimizar las bajas propias y la muerte de civiles; así lo confirmó el general de EE UU, Tommy Franks, que dirige la operación desde Qatar. El Pentágono considera que la táctica de dejar atrás tropas armadas enemigas puede suponer algún riesgo, pero espera lograr su rendición sin el riesgo de tener que luchar casa por casa.
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El corresponsal de la cadena de televisión árabe Al Yazira en Basora relataba en directo por la mañana la dureza de los bombardeos. Habló de unos 50 muertos. Entre las víctimas, un ciudadano ruso, una familia completa de cuatro miembros y al menos un niño, de los que se mostró imágenes por la tarde. Los heridos eran numerosos, según Al Yazira, tras una visita que realizó su reportero al único hospital de la ciudad.
Portavoces militares estadounidenses consideraban un éxito la operación de Basora en la que sólo resultaron heridos tres marines. Mientras, el 7º de Caballería proseguía su avance hacia Bagdad. La agencia Reuters informó anoche de combates al sur de Najaf, una de las ciudades santas del shiísmo, situada a 160 kilómetros al sur de Bagdad. La televisión iraquí confirmó estos enfrentamientos, pero desde otro punto de vista: "Las fuerzas agresoras se vieron obligadas a huir", aunque reconoció que el jefe del Partido Baaz en Nayaf resultó muerto.
La resistencia de las tropas iraquíes hace pensar que los defensores de Najav, que han establecido la primera línea de resistencia a unos 40 kilómetros al sur de la ciudad santa, podrían pertenecer a unidades de la Guardia Republicana, el cuerpo de élite del Ejército de Sadam Husein.
'Ratas del desierto'
En los combates de Basora partipó un contingente formado por 8.000 efectivos británicos apoyados por 120 carros de combate y 145 blindados, que avanzó desde Kuwait hasta el sureste de Irak en apoyo de las fuerzas norteamericanas. En este avance han participado también las ratas del desierto de la séptima división acorazada británica y paracaidistas de la 16ª brigada de asalto. Helicópteros Cobra y cañones de calibre 155 se enfrentaron a viejos carros de combate iraquíes de fabricación rusa, los T-65.
Según fuentes norteamericanas, durante toda la mañana se estuvo negociando la rendición de Basora, al parecer sin resultados. Tampoco se sabe más de la 51ª División iraquí que, según el Pentágono, se había entregado el viernes con 8.000 efectivos. Irak niega cualquier rendición y acusa a los invasores de "secuestrar" civiles.
La población local de los alrededores de Basora recibió con aplausos a las fuerzas de la coalición angloamericana, según testigos sobre el terreno. Kilómetros antes de Basora, justo en la frontera de Kuwait con Irak, en la pequeña localidad de Safwan, los ciudadanos destrozaron retratos de Sadam ante las cámaras de la CNN. Para los militares de Estados Unidos en Kuwait, la operación bautizada como Libertad Iraquí, comenzaba así a dar "sus frutos".
El control de Basora, la ciudad de Simbad el marino, se produjo poco después de que soldados estadounidenses ocuparan la sureña ciudad de Nasiriyah, algo más al oeste, e importante nudo de comunicaciones que une Basora y Bagdad, tras batirse duramente con fuerzas iraquíes. Los aliados han cruzado el río Éufrates. De Bagdad les separan 350 kilómetros.
"Confirmo la caída de la ciudad de Nasiriyah", declaró el comandante Randi Steffy, portavoz estadounidense en la base de As Saliyah. Nasiriyah está a 180 kilómetros al noroeste de la frontera kuwaití, al oeste del Éufrates. En su avance hacia Bagdad, las tropas estadounidenses también se han apoderado de dos puentes cerca de Nasiriyah que cruzan dicho río. Otras fuentes militares indicaban que en Nasariyah se había copiado la estrategia de Basora, es decir, asegurar su cerco pero sin entrar en ella.
Los movimientos de las fuerzas estadounidenses y británicas en el sur tenían también como objetivo controlar los pozos de petróleo. La joya de la corona son los campos petrolíferos de Rumeila, que ya están a salvo. Los marines de EE UU tan sólo necesitaron un altavoz, varios disparos y menos de una hora para hacerse con las instalaciones petrolíferas que producen más de la mitad del petróleo que posee el subsuelo de Irak, capaz de bombear un millón de barriles al día y que alberga el 14% de las reservas mundiales. Con la toma de Rumeila, Estados Unidos se garantiza una importante baza para el futuro económico postSadam.
La toma se produjo sin una sola baja. "Estoy encantado. Tras la operación tengo el mismo número de marines con los que la empecé. Todos mis hombres están enteros y hemos conseguido el objetivo", declaraba a un periodista en la zona el comandante Christopher Conlin. "Rumaila era el principal objetivo a batir en este lugar del mapa", explicó. El enviado especial de la agencia Efe en la zona relató cómo en el trayecto a través del desierto desde Kuwait hasta los campos de Rumaila, 32 kilómetros al oeste de Basora, todavía permanecen abandonados viejos carros blindados de la guerra del Golfo de 1991. Sentados en el suelo, unos 40 prisioneros eran custodiados por marines estadounidenses armados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 23 de marzo de 2003