Cuando hace más de un año los socialistas andaluces diseñaron su campaña municipal, la invasión de Irak no estaba en sus previsiones. Pero desde que el primer misil cayera en Bagdad la guerrra se ha convertido en "un inevitable" elemento de sus actos electorales. "Si no se hiciera", afirma el secretario de Organización, Luis Pizarro, "se estaría ocultando un problema que afecta a los sentimientos del 91% de los españoles". Los socialistas reconocen que esta "grave preocupación" dificulta que calen otros mensajes. "Eso no quiere decir que no tengamos la obligación de desarrollar nuestra propia campaña", advierte.
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Las pegatinas y chapas con el no a la guerra han sustituido en parte a las de apoyo a los candidatos socialistas a las alcaldías, un acontecimiento inesperado que "ha contaminado lógicamente todos los debates", dice Pizarro.
Los socialistas niegan, como afirma el PP, que quieran sacar rentabilidad electoral de una guerra que consideran "injusta, ilegal e inmoral", aunque evidentemente observan -sus encuestas semanales así lo indican- que hay una gran movilización del electorado de izquierda que optó en las últimas municipales por la abstención. Si hay algo que llama mucho la atención a los dirigentes socialistas es la gran afluencia de ciudadanos a sus actos, en contraposición con épocas no tan lejanas.
No obstante, el secretario de Organización no quiere euforias: "Nuestra situación electoral estaba bien antes de que empezara la guerra, como demostraron los sondeos publicados el 28-F. Evidentemente la guerra va a afectar más al PP y aunque hay una inmensa mayoría de ciudadanos contraria a la guerra, habrá que ver cuántos van a votar en contra del Partido Popular".
Pizarro considera "inevitable" que la invasión de Irak forme parte de los discursos de sus candidatos y dirigentes y reconoce que otros mensajes palidecen ante un asunto que afecta al "sentimiento". "Pero eso no quiere decir que no tengamos la obligación de desarrollar nuestra propia campaña", advierte.
"En todos los pueblos, grandes o pequeños, la gente pregunta por la guerra porque nunca en la democracia ha habido un Gobierno que esté en tanta contradicción con los sentimientos de la mayoría", apostilla el secretario general del PSOE de Jaén, Gaspar Zarrías.
Ambos critican el "victimismo" del PP ante la situación de rechazo social que padece. "Hemos tenido boicoteos, asaltos y a nuestros dirigentes les han tirado huevos durante la última etapa de gobierno socialista, pero lo encaramos con un talante distinto", asegura el secretario de Organización, quien afirma que la reacción del PP ha sido la "poner en el mismo nivel a la inmensa mayoría que se manifiesta pacíficamente con grupos radicales". A su juicio es esa forma de comportamiento -no sólo con la guerra en Irak, sino con el Prestige, el decretazo o el subsidio agrario- la que ha provocado "una quiebra social con el PP" a la que no pueden hacer frente en solitario las direcciones locales de este partido. Desde el PSOE se subraya el acierto, en estos momentos, del lema federal de campaña Otra forma de ser, otra forma de actuar.
Todos esos polémicos asuntos forman parte del argumentario de los aspirantes socialistas a las alcaldías como demostración, dicen los candidatos, "de que el Gobierno se hunde y el país necesita un cambio de rumbo".
El empleo, la seguridad ciudadana y las infraestructuras forman otro de los bloques de los discursos, así como lo que el secretario general de los socialistas y presidente de la Junta, Manuel Chaves, denomina la segunda modernización de Andalucía, un proyecto con múltiples ramificaciones que los alcaldables han asumido en sus programas electorales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de marzo de 2003