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Cientos de viviendas quedan sepultadas por un alud de lodo en un pueblo minero de Bolivia

Confusión sobre el número de víctimas por las difíciles comunicaciones del pueblo arrasado

La mitad del poblado boliviano de Chima, en las faldas del cerro de Puca Loma, 250 kilómetros al noreste de La Paz, quedó ayer sepultada bajo lodo y piedras a las 10.30, hora local. Un cargo público estimaba que por lo menos la mitad del cerro se deslizó y cubrió las tres calles principales del poblado, donde se habían levantado unas 400 viviendas. El ministro de Defensa, Freddy Teodovich, señaló esta madrugada que los muertos "igual pueden ser 50 o 300" . La mayoría de habitantes de la localidad sepultada son mineros que trabajan en la extracción del oro.

Aislados, sin comunicaciones telefónicas, de radio ni energía eléctrica, los pobladores de Chima esperaban anoche el auxilio gubernamental para desenterrar a los vecinos de las tres principales calles del pueblo, diez horas después de que se desplomara parte del cerro Puca Loma sobre el área antigua del lugar. El ministro de Defensa, Freddy Teodovich, anunció que se ha puesto en marcha un plan de rescate de las víctimas, aunque admitió que el auxilio demorará en llegar algunas horas más debido a las condiciones del clima y la inaccesibilidad del lugar por tierra, a causa de caminos muy inestables. Se espera que los primeros militares lleguen al lugar sobre las ocho de la mañana, hora española, más de 12 horas después de la tragedia.

"Esto es terrible, pero la mayor tragedia es cómo voy a decir a los niños, que estaban en la escuela durante la mañana, que sus padres están ahora bajo el cerro", decía, con angustia en la voz, el concejal de la localidad Modesto González, en declaraciones por teléfono a este periódico.

Chima es un modesto asentamiento minero de unas 700 familias instaladas a la orilla del río Tipuani, en las estribaciones de la cordillera andina, a poco más de 250 kilómetros al norte de La Paz. Es un lugar de muy difícil acceso por un camino estrecho labrado en los cerros y bordeando precipicios. Sus habitantes se dedican a la extracción de oro bajo sistemas rudimentarios, entre ellos la perforación de cuevas bajo el lecho del río, a pesar del riesgo de que el peso del agua ceda e inunde las galerías subterráneas, algunas de las cuales suelen llegar hasta la base de los cerros aledaños al río.

La primera ayuda militar que se espera en Chima es el Batallón General Román, segundo de infantería acantonado en Caranavi, distante entre 5 y 7 horas de viaje a Tipuani, la población más cercana a Chima, a 10 kilómetros. Los primeros cuatro heridos fueron trasladados al centro médico de Tipuani. Algunos grupos de vecinos comenzaron a quitar con sus manos y algunas palas las piedras y la tierra para tratar de salvar vidas. Varios cadáveres habían sido ya recuperados anoche.

Según González, "la rajadura de unos 400 metros de altura que tenía el cerro Puca Loma desde los años sesenta" ha influido en el deslizamiento, además de la torrencial lluvia que durante cuatro horas castigó la zona el domingo. "Muchos siguen trabajando [en las minas]. Como decimos aquí, siguen barranquillando, y seguramente se han debilitado los pilares, aunque pensamos que ya no iba a pasar nada después de tantos años".

Hace 11 años, otro cerro sepultó a los pobladores de Llipi-llipi, en la misma zona, y nunca pudo saberse con exactitud cuántas personas habían perecido bajo el alud de barro.

"Esto es el triple de Llipi-llipi, y tampoco sabemos cuántas personas estaban hoy en el pueblo, porque vienen muchos a recoger el oro, otros son comerciantes que llegan y se van. No sabemos, no sabemos", concluyó el concejal González. Sin embargo, su mayor angustia era el comunicar a muchos de los niños que no volverán a ver a sus padres. "¿Cómo voy a decir a los niños que sus padres están sepultados?".

Una sección de un batallón de infantería, acantonado en Caranavi, no había podido llegar esta madrugada, hora española, a su destino debido al estado del camino, informaron en la alcaldía de Tipuani, el lugar más cercano a Chima. Teodovich explicó que a partir de este martes se utilizarán dos precarias pistas de aterrizaje para comenzar la operación de ayuda a las víctimas del deslizamiento de tierras en Chima.

Un avión Hércules C130 con personal médico y especialistas en rescate llegará a San Borja, una población del Beni a unos 70 kilómetros en línea recta de Tipuani, con alimentos, medicamentos y tiendas de campaña, que serán trasladados a los alrededores de Chima en cuatro helicópteros estadounidenses, que están destinados a la lucha antidroga en Bolivia.

El otro centro de operaciones será Caranavi. Desde estos dos puntos se espera llegar lo más pronto posible con ayuda a Chima. El presidente boliviano, Gonzalo Sánchez de Lozada, convocó a una reunión de gabinete a fin de analizar la situación y declarar a Chima como zona de desastre a fin de canalizar toda la ayuda posible al lugar, poblado por unas 2.000 personas.

El Gobierno destacó la ayuda solidaria ofrecida por las embajadas de Estados Unidos, España, Perú y la ministra de Defensa de Chile. El prefecto (gobernador) de La Paz, Mateo Laura, partió hacia Chima por tierra al mando de una columna con vehículos pesados, excavadoras, personal de rescate y bomberos. La travesía durará al menos unas 12 o 14 horas para cubrir los 250 kilómetros de camino hasta el lugar del desastre.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de abril de 2003