El secretario general de la ONU, Kofi Annan, pidió ayer que se restablezca cuanto antes la ley y el orden en Bagdad y se mostró "convencido" de que las fuerzas estadounidenses y británicas podrán asegurar la seguridad de la población iraquí. Annan habló con los periodistas poco antes de entrevistarse con el embajador iraquí, Mohamed Al-Duri, que tras la caída del régimen se ha quedado en un complicado y delicado limbo diplomático.
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"Por lo que he podido ver, no hay gobierno en funcionamiento en estos momentos en Irak", dijo Kofi Annan al entrar en el edificio de Naciones Unidas. "A pesar de las escenas de euforia, los civiles iraquíes han pagado un alto precio. Ahora, evidentemente, se debe restablecer la ley y el orden. (...) La coalición tiene la responsabilidad de asegurar el bienestar de la población en la zona. Estoy convencido de que esto se respetará", añadió.
La ONU todavía no ha empezado a discutir a fondo el papel que tendrá en la reconstrucción de Irak. Se conocerán más detalles tras la reunión que los líderes de Francia, Rusia y Alemania mantendrán este fin de semana en San Petersburgo. El secretario general, que tenía previsto participar en el encuentro, asistirá a la cumbre europea en Atenas, el próximo día 17, en lugar de ir a esa reunión con los líderes de los tres países.
Kofi Annan esperaba que los inspectores de armas de la ONU, Hans Blix y Mohamed El Baradei, pudieran volver a Irak cuanto antes. "El mandato sigue siendo válido, sólo se suspendió porque no podía llevarse a cabo por la guerra. (...) Creo que Blix y El Baradei son los únicos con autoridad para desarmar Irak y, cuando la situación lo permita, deberían reanudar su trabajo".
Los efectivos de la Comisión de Naciones Unidas para la Inspección, Vigilancia y Verificación (Unmovic) del desarme de Irak y del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) fueron evacuados a mediados de marzo. Estados Unidos ha dejado entrever que en principio no tiene previsto dejar volver a estos efectivos.
Kofi Annan también se entrevistó ayer con el embajador iraquí ante la ONU, Mohamed Al-Duri, que, al igual que sus colegas en otras capitales, se ha quedado en una situación incómoda y complicada. Al-Duri ya había hablado el día anterior con el secretario general. "Estuvimos revisando los acontecimientos en Bagdad y lo que está pasando. Me comunicó que no tenía demasiada información procedente de Irak", señaló Annan.
Temor por su seguridad
El embajador iraquí ante la ONU también se mostró preocupado por su seguridad, ya que teme represalias de las autoridades estadounidenses. El pasado miércoles, cuando empezó a caer Bagdad, Al-Duri salió de su residencia de Manhattan para declarar: "El juego ha terminado".
"Mi trabajo es ahora la paz, espero que se mantenga la paz y que el pueblo iraquí tenga una vida feliz", dijo el diplomático, que no ha dado explicaciones sobre lo que piensa hacer ahora. Al-Duri fue profesor de Derecho Internacional durante 30 años en la Universidad de Bagdad antes de ser destinado, primero a Ginebra, y luego a Nueva York, a principios del año 2001.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de abril de 2003