El general retirado Jay Garner, administrador designado por Washington para gobernar la reconstrucción de Irak, llegó ayer a Bagdad. En su primera visita a la capital, Garner dijo: "Nuestra prioridad es restablecer los suministros básicos", como agua potable y luz. Sus palabras, sin embargo, sonaron hueras a una población que lleva dos semanas esperando la vuelta de la electricidad, varias veces prometida "para dentro de dos o tres días". La política de gestos de Estados Unidos aún está muy lejos de satisfacer las expectativas locales.
MÁS INFORMACIÓN
- Rusia exige el regreso de los inspectores antes del fin de las sanciones
- Londres propone una "verificación independiente" del arsenal de Irak
- El ex general Garner comienza con un líder kurdo sus contactos políticos
- Garner prepara un Gobierno de unidad en Irak para mediados de mayo
- Kurdos armados echan de sus casas a los árabes
- Los líderes chiíes esperan congregar hoy a millones de peregrinos en Kerbala
- "Que le detengan"
- Los clérigos toman el control de varias ciudades del sur
- Irak busca a sus 300.000 desaparecidos
- EE UU no aceptará un régimen islámico en Irak aunque gane en las urnas
- Detenido el octavo líder iraquí de la lista de los más buscados por EE UU
- El gran poder de las tribus
- Volver al rastro principal
Además de inspeccionar una depuradora de agua y una central eléctrica, Garner visitó el hospital de Al Yarmuk, dotado con 770 camas y donde en la actualidad sólo trabaja un 10% de su personal médico. Éste fue uno de los más afectados por los saqueos que estallaron en toda la ciudad tras la entrada de las tropas ocupantes, a las que aquí, en Irak, se les acusa de connivencia por pasividad.
Los cristales rotos, la basura acumulada en los pasillos y la ausencia de camas, que se llevaron los ladrones, daban una imagen precisa de la situación. "Os vamos a ayudar, pero llevará tiempo", dijo Garner al personal sanitario. Para el gobernador, la recuperación de los servicios básicos es prioritaria, porque permitirá mejorar la imagen de los ocupantes. En cuanto a los objetivos políticos, Garner, fue prudente: "Lo que necesitamos hacer a partir de ahora es dar vida a un nuevo sistema [democrático] en Irak; esto se consigue trabajando juntos, pero se trata de un trabajo duro que llevará su tiempo".
Garner, que viajará hoy al norte para regresar mañana a la capital con el objetivo de reunirse con líderes locales y visitar el saqueado Museo Arqueológico, está en desacuerdo con algunas iniciativas de un sector de la oposición, precisamente el que apoya el Pentágono. El administrador estadounidense dijo que no reconoce la autoridad del número dos del Congreso Nacional Iraquí (CNI), Mohamed al Zuebidi, que se ha autoproclamado alcalde de Bagdad.
Sobre el tiempo de estancia de los estadounidenses en Irak, el administrador fue poco preciso: "No pondría 90 días como si fuera un calendario colgado en la pared; nos quedaremos el tiempo que haga falta y nos iremos lo más rápidamente posible".
Eso es lo que esperan la mayoría de los iraquíes y, en especial, los miembros del reactivado Partido Comunista de Irak (PCI), que ayer sonreían ante la aparente contradicción de haber sido devueltos a Irak por el imperialista EE UU. "No tenemos ningún problema con ello", asegura el veterano militante Saadi Nader, "Estados Unidos nos ha ayudado a librarnos de Sadam, pero nunca aceptaremos que se quede en Irak por mucho tiempo". Queda por definir cuánto es mucho tiempo. Para Nader, que ha trabajado en la clandestinidad desde la prohibición de su partido a finales de los setenta, el límite son "seis meses más o menos". Pero el responsable de Relaciones Internacionales, Shaker al Duyaili, no lo tiene tan claro y evita mencionar un plazo concreto.
No esconde el malestar de su partido, que fundado en 1934 es el más antiguo de Irak, por la marginación a que le ha sometido EE UU. "No fuimos invitados a Nasiriya y tampoco a la reunión de Londres del año pasado, pero no somos los únicos", dice. "Tampoco invitaron a los islámicos Al Dawla y Consejo Superior para la Revolución Islámica en Irak, que somos los principales grupos que trabajamos dentro del país, y no sólo en la región semiautónoma kurda". Aun así, los portavoces del PCI han optado por ser constructivos y más que quejarse optan por animar a la reconstrucción de su país.
"No vamos a luchar contra el grupo de Nasiriya", afirma, "la reconstrucción de Irak exige el esfuerzo de todos". Por eso, Al Duyaili pide que se forme "una gran coalición de fuerzas patrióticas, islamistas, nacionalistas, democráticas y progresistas". "Tienen cabida todos los que quieran establecer un Estado de derecho". En su opinión, las prioridades deben ser la soberanía de Irak, democracia, justicia social, vida cultural y las libertades de expresión, asociación, publicación y viaje.
La vida civil
"Aplaudimos las iniciativas destinadas a reconstruir la vida civil", dice Al Duyaili -a diferencia de Garner- en referencia al Comité Ejecutivo para la ciudad de Bagdad que ha puesto en marcha el CNI, la organización paraguas que agrupa a la oposición respaldada por el Pentágono. "Nosotros estamos haciendo lo mismo y apoyamos la iniciativa de los estudiantes universitarios para reanudar el curso académico".
"Van a ser unas largas vacaciones", decía a este diario Yaafar, un joven estudiante de Ingeniería Civil. "Hace dos días me pasé por mi facultad y está completamente destruida. No hay mesas, ni sillas, ni material... Las ventanas están rotas. Un desastre", se lamenta mientras pasa el tiempo conversando con otros amigos en su misma situación. Ni siquiera tienen la posibilidad de entretenerse con el ordenador, porque el generador que han comprado entre varios vecinos sólo se enciende un rato.
Un equipo de la sección española de Médicos del Mundo (MDM) realizó ayer la primera operación de reconstrucción de fracturas consolidadas en el hospital Karg. MDM ha elegido este centro como punto de partida para su programa de ayuda a la normalización de Irak. "Hemos traído material para realizar 50 operaciones muy especializadas, en un área en la que los especialistas iraquíes se han quedado muy atrasados por el aislamiento de 12 años de embargo", explicó Mario Valdés, coordinador de Salud del grupo.
Chalabi cree que Sadam sigue en Irak
El jefe de la oposición iraquí, Ahmed Chalabi, asegura que Sadam Husein y su hijo Qusay se encuentran todavía en Irak y que se desplazan constantemente para huir de sus perseguidores. En una entrevista con la radiotelevisión británica BBC, Chalabi declaró que sus partidarios tienen controlados los movimientos de Sadam, aunque puntualizó que la información le llega con un retraso de 12 a 24 horas. "Ayer [domingo] recibimos información sobre su hijo Qusay", dijo Chalabi. "La noche anterior fue visto en Aadhamiya".
El líder del Congreso Nacional Iraquí (CNI), que agrupa a varias organizaciones de oposición, aseguró que no busca un puesto en el futuro Gobierno iraquí y que su función será colaborar en la "construcción de una sociedad civil como base de la democracia". Chalabi, que tiene el apoyo de la Casa Blanca, agregó que los iraquíes no recibirían bien una Administración de Naciones Unidas porque ven al organismo internacional como un aliado de facto del régimen de Sadam. Chalabi, de 58 años, ha vivido casi toda su vida en el exilio y regresó a Irak poco antes de que las tropas de EE UU tomasen Bagdad, el 9 de abril.
Desde esa fecha nada se sabe sobre Sadam Husein. Expertos consultados por la agencia Reuters descartan que esté en Siria, pues consideran que sería demasiado arriesgado para el Gobierno de Damasco enemistarse con EE UU. A su juicio, el depuesto presidente iraquí probablemente tenía preparado un plan de huida desde hace tiempo, y su escondrijo podría ser desde una cueva en Irak hasta un chalé de lujo en Libia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de abril de 2003