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ELECCIONES 2003 | La batalla por Madrid

Simancas promete recuperar el estilo político de Tierno Galván

El candidato del PSOE pide que Madrid cohesione el Estado

Rafael Simancas, candidato del PSOE a la Comunidad, prometió ayer durante una conferencia en el Club Siglo XXI recuperar "el estilo de tolerancia y respeto por el adversario compatible con la firmeza en la defensa de las propias ideas". Y aseguró que ese estilo es el que practicaron el desaparecido alcalde de Madrid, el socialista Enrique Tierno, y el ex presidente regional, Joaquín Leguina, también del PSOE.

Rafael Simancas, candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid, pronunció ayer una conferencia en el Club Siglo XXI, bajo el título Otras políticas y otros talantes. Expuso su visión sobre la actual situación política y sobre el desarrollo del Estado autonómico, así como las líneas maestras que guiarán la acción de su Gobierno en el caso de acceder a la presidencia.

Tras agradecer las palabras de presentación de Trinidad Jiménez -a quien se refirió como próxima alcaldesa de Madrid y ejemplo vivo de un nuevo tiempo-, Simancas inició su discurso afirmando que los españoles exigen un cambio de los tonos, los talantes y los estilos que han dominado la política española en los últimos diez o doce años.

Denunció que en este periodo se han apoderado de la práctica política la crispación, el rencor, el gesto hosco y la palabra hostil, y responsabilizó de ello al presidente del Gobierno, a quien acusó de desatar sobre la política española un vendaval de sectarismo y de introducir la discordia como principio rector de las relaciones políticas.

Simancas se mostró dispuesto a mantener y reforzar, desde la presidencia de la Comunidad de Madrid, el estilo político de Enrique Tierno y Joaquín Leguina: "Un estilo de tolerancia y respeto por el adversario compatible con la firmeza en la defensa de las propias ideas".

El dirigente socialista afirmó que la pretensión de dar por clausurado y cerrar con siete llaves el desarrollo del Estado autonómico es poco realista y, además, no se ajusta al espíritu de la Constitución. "Una cosa es no estirar indefinidamente la reivindicación de competencias y otra petrificar lo ya existente y negarse con obcecación a cualquier propuesta de reforma", dijo.

A su juicio, el buen funcionamiento del sistema autonómico debe alimentarse de tres principios: el respeto a la diferencia, la igualdad de derechos y obligaciones de todos los españoles cualquiera que sea su lugar de residencia y el principio de cooperación y lealtad entre las instituciones.

Propuso tres líneas de desarrollo del Estado autonómico para los próximos años: reforzar las relaciones institucionales (lo que incluye abordar inmediatamente la reforma del Senado para transformarlo en Cámara de las autonomías), completar el proceso de transferencias y hallar fórmulas que permitan a las comunidades estar presentes en la Unión Europea.

Utilidad institucional

Habló de la Comunidad de Madrid, de la que dijo que no ha caído en la búsqueda de una falsa identidad, sino que ha querido construirla a través de la utilidad institucional.

Afirmó que la Comunidad de Madrid ha mantenido hasta ahora una actitud muy pasiva en sus relaciones con otras comunidades y con el Gobierno central. Y sin embargo, está en condiciones de jugar un papel importante de cohesión y solidaridad en el marco del Estado autonómico.

Expresó su voluntad de defender el interés de la región por encima de cualquier otro criterio y ofreció al Gobierno nacional la máxima cooperación institucional y máxima firmeza en la defensa de los intereses de la región. A este respecto, denunció que los gobernantes de Madrid no han sido capaces de hacer que se le reconozcan los recursos necesarios para hacer frente a sus propias obligaciones de gestión. En los últimos años, el Gobierno de la Comunidad ha claudicado en sus relaciones financieras con el Estado, aseveró.

Tres principios

El candidato socialista a la presidencia, Rafael Simancas, afirmó ayer que la pretensión de "cerrar con siete llaves" el Estado de las autonomías "no se ajusta al espíritu de la Constitución".

"La pretensión de dar por clausurado y cerrar con siete llaves el desarrollo del Estado autonómico es poco realista y, además, no se ajusta al espíritu constitucional. Una cosa es no estirar indefinidamente la reivindicación de competencias y otra petrificar lo ya existente y negarse con obcecación a cualquier propuesta de reforma", indicó.

El buen funcionamiento del sistema autonómico debe basarse en tres principios: "Respeto a la diferencia, igualdad de derechos y obligaciones y la cooperación y lealtad entre las instituciones".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de abril de 2003

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