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PROTESTAS CONTRA LA REPRESIÓN EN CUBA | La movilización ciudadana

Un acto contra Castro acaba en un ataque furibundo al PSOE

Jesús Caldera tuvo que abandonar la concentración protegido por antidisturbios

Nunca Fidel Castro había concitado un rechazo tan plural en España. Todos los partidos políticos -a excepción de Izquierda Unida- se subieron ayer a una tarima en la Puerta del Sol de Madrid para exigir al dictador cubano que deje de fusilar y encarcelar a los disidentes. Pero lo que pudo ser un acto histórico terminó convirtiéndose en una tangana. Unas 2.000 personas, entre españoles y cubanos del exilio, hicieron de la convocatoria un ataque furibundo al PSOE. El socialista Jesús Caldera tuvo que abandonar el lugar escoltado por los antidisturbios y perseguido por exaltados que le gritaban "¡comunista, comunista!".

Durante toda la semana, tanto el PP como los medios afines al Gobierno habían calentado el acto preguntándose si asistirían Zapatero y Llamazares, si lo harían también los actores que con tanta contundencia se habían estado manifestando en contra del apoyo gubernamental a la guerra de Irak. Así que ayer, cuando políticos como Caldera o gente del cine como Fernando Trueba y Gabino Diego aparecieron por la Puerta del Sol, no fueron precisamente bien recibidos. "¿Dónde está Zapatero?", preguntaban unos a Caldera. "¡Ya era hora de que vinierais!", increpaban otros a Gabino Diego, "¿dónde está tu amigo Bardem?".

Una vez comenzado el acto, Jaime Mayor Oreja y Jesús Caldera se colocaron en segunda fila para que fueran periodistas de diversos medios y representantes del mundo de la cultura los que dejaran su testimonio a favor de la libertad y la democracia en Cuba. Todo fue bien mientras los oradores calificaban de sátrapa desalmado a Castro, de dictador sin escrúpulos. En cuanto la periodista Rosa Montero, que ya había calificado al régimen como una "dictadura totalitaria e inadmisible", expresó su satisfacción por la presencia de Caldera, la cosa se torció. El abucheo fue general. "Creo que no debéis contagiaros de la intolerancia de vuestros verdugos", intentó razonar la periodista en medio del desbarajuste, "la transición que hemos hecho nosotros sólo se consigue desde el respeto mutuo". Pero no había manera. "¡Comunistas!", gritaban al unísono cubanos y españoles, como si esa palabra fuera el compendio de todos los demonios, el insulto total.

El ambiente se calmó cuando el sociólogo Mikel Azurmendi tomó la palabra y habló de "los patriarcas resecos de semen que mueren en otoño cuando se han quedado sin munición". Hábilmente, Azurmendi dijo dos nombres y fue como si a todos los presentes les hubieran mentado la bicha. Dijo con sorna: "Hasta Saramago ya es cubano". Abucheo ensordecedor. "También Ibarretxe babeante", continuó, "hace negocietes con los etarras que viven del régimen castrista". Gran bronca.

Fernando Trueba intentó explicar, entre abucheos, que se puede estar en contra de la guerra y en contra de Fidel. Leyó un comunicado contra Castro y añadió: "Está firmado por cineastas, artistas, periodistas, entre ellos por Javier Bardem". Imposible reproducir lo que allí se escuchó.

[La Plataforma Cultura contra la Guerra quiso sumarse al acto, pero la organización lo impidió, informa Elisa Silió. "Queríamos manifestar", explicó la actriz Pilar Bardem, "nuestra rotunda oposición a la pena de muerte y al recorte de libertades en Cuba".]

El acto terminó con la lectura por parte de Fernando Savater de un texto de Mario Vargas Llosa: "Es fundamental que los Gobiernos democráticos tomen la decisión de reducir sustancialmente la presencia diplomática de la dictadura en sus respectivos países, y expulsen al Gobierno cubano de todos los organismos internacionales donde toma asiento".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 27 de abril de 2003