Miembros de los grupos más importantes de la oposición a Sadam Husein acordaron ayer la celebración de un congreso nacional en el plazo de un mes con el objetivo de formar un Gobierno provisional. La convocatoria fue anunciada a la salida del encuentro que el administrador de EE UU en Irak, Jay Garner, mantuvo en Bagdad con unos 250 representantes de la miríada de formaciones políticas y religiosas en las que se halla fragmentada la sociedad iraquí. Dirigentes de seis grupos se reunirán mañana, sin la presencia de Garner, para tratar del futuro del país
"Haremos el esfuerzo que sea necesario para celebrar un congreso nacional en el plazo de cuatro semanas para formar un gobierno de transición", reza un comunicado difundido tras más de 10 horas de reunión con Garner. "Espero que podamos celebrar esta reunión nacional, que seleccionará o eligirá a una autoridad interina", dijo el enviado a Irak de la Casa Blanca, Zalmay Khalizad.
El encuentro restringido de mañana tiene la aprobación de Garner, quien por primera vez no irá a un acto de toma de decisiones por parte de una oposición atomizada. Se prevé la asistencia de los dos principales partidos kurdos, del Congreso Nacional Iraquí, del Consejo Supremo para la Revolución Islámica en Irak, de un suní y, tal vez, de un cristiano. Con el encuentro, los movimientos más importantes del país envían a los estadounidenses el mensaje de que están dispuestos a asumir el liderazgo de Irak, mientras que la ausencia de representantes de EE UU es interpretada como un gesto hacia los políticos locales: Irak debe ser gobernado por iraquíes.
"Hoy, el día del cumpleaños de Sadam Husein, vamos a empezar un proceso democrático en beneficio de los niños de Irán". Con un versículo del Corán y esta frase de Garner empezó el encuentro con los opositores iraquíes, entre los que no se encontraban el líder del Congreso Nacional Iraquí, Ahmad Chalabi -que, al igual que hiciera en la reunión de Nasiriya el pasado 15 de abril, envió un representante-; el de la Unión Patriótica del Kurdisrtán (UPK), Jalal Talabani; el del Partido Democrático de Kurdistán (PDK), Masud Barzani, ni el del Consejo Supremo para la Revolución Islámica en Irak, el ayatolá Mohamed Baqer al Hakim. En principio, todos ellos se verán mañana.
Garner insistió en que el nuevo Gobierno iraquí debe ser "democrático con representación de todos los pueblos, todas las religiones y todas las tribus". Mientras el representante de EE UU hablaba, varios helicópteros de combate Cobra sobrevolaban el centro de convenciones donde se celebraba la reunión, al que los mismos asistentes tardaron dos horas en acceder ante los exhaustivos controles a los que los marines sometían a todas las personas presentes en la zona.
Los opositores agradecieron a EE UU y el Reino Unido el derrocamiento de Sadam, pero expresaron sus quejas por la falta de seguridad y el caos generado en el país tras la huida del dictador. Sin embargo, aplaudieron a Garner cuando éste aseguró que el petróleo iraquí quedará en manos iraquíes.
Mientras, en las calles de Bagdad unas 15.000 personas desfilaban contra la reunión promovida por Garner, convocadas por la escuela islámica chií de Nayaf, que controla y administra una importante cantidad de localidades del centro y sur del país. En lo que supone la mayor manifestación celebrada en la capital iraquí desde el comienzo de la guerra, los asistentes -todos hombres- corearon consignas a favor de la ley islámica y en contra de un Gobierno provisional que no quede bajo el control de los religiosos. "Sí al islam y no a la colonización" y "No a la ocupación ni a la tutela" eran algunos de los textos que podían leerse en numerosas pancartas.
"Queremos decir que los de la reunión con Garner no son los verdaderos representantes del pueblo", señalaba el clérigo chií Mashi al Salí, representante de la escuela islámica de Nayaf. "Los EE UU sólo han mirado por sus intereses; han protegido el petróleo y han abandonado al pueblo. Los pozos funcionan, pero no el agua, ni la electricidad, ni la seguridad".
La manifestación transcurrió sin incidentes.. Llegados hasta los hoteles del centro de la ciudad protegidos por soldados de EE UU, los asistentes, transportados desde diversas partes a bordo de camiones que hasta hace unos días eran propiedad del Gobierno iraquí, obedecieron la orden de los clérigos de dar media vuelta y volver a sus hogares.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de abril de 2003