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LA POSGUERRA DE IRAK | El nuevo sistema judicial

Los dirigentes del régimen de Sadam serán juzgados en Irak

EE UU impone un 'consejero de justicia'

Bajo la custodia de las fuerzas especiales de EE UU y la supervisión del consejero de justicia estadounidense, Clint Williamson, dieron comienzo ayer en un juzgado de Bagdad los primeros procesos judiciales en Irak desde la caída del régimen de Sadam Husein. Pocos minutos antes de que empezaran 13 procesos -por distintos robos, asesinatos y "graves crímenes"-, Williamson informó de que emplearían el Código Penal de 1969, anterior a todas las reformas emprendidas por el derrocado presidente iraquí.

Los jueces, sin embargo, son los mismos que trabajaban a las órdenes de Sadam. Williamson adelantó que se creará un tribunal especial para los líderes del anterior régimen y que serán juzgados en Irak. "Existe un amplio consenso en que los crímenes contra el pueblo iraquí sean juzgados por el pueblo iraquí", señaló.

Con hora y media de retraso y a bordo de un autobús escoltado por vehículos artillados de EE UU llegaron a los juzgados del Cementerio Real de Bagdad los 13 acusados que comparecían ayer en vista previa. Los sospechosos eran ayudados a bajar por policías iraquíes desarmados. Los dos últimos reos, hermanos acusados de robar un autobús y heridos uno en un pie y otro en una pierna, compartían una única muleta a la que iban esposados. "Vamos a ver si las cosas comienzan a funcionar", comentaba Ahmed Isaan Alí, de 29 años, uno de los policías que por toda arma llevaba una identificación con su foto, un sello del Pentágono y una inscripción en inglés dirigida a los soldados estadounidenses: "Antes de detenerlo consulte a un oficial superior".

En el interior, las salas, de apenas 20 metros cuadrados, sólo disponían de una mesa y una silla para el juez. Los retratos de Sadam han sido retirados y sustituidos por una sura del Corán que reza: "Si juzgáis a las personas tenéis que hacerlo con justicia". Los pasillos estaban abarrotados de personas, en su mayoría funcionarios que esperan a recibir un salario. En medio del gentío, una pareja de novios, ella con un traje de chaqueta blanco de corte occidental, aguardaba a ser recibida por un juez para formalizar su matrimonio.

Los acusados fueron conducidos ante diferentes jueces. Los hermanos de la muleta explicaron que se encontraron un autobús y que se lo llevaron para trabajar con él para ganar dinero para su familia. "¿Es usted musulmán?", preguntó el juez al menor de ellos, de 19 años. "Sí". "¿Y no sabe que el islam prohíbe el robo?", prosiguió el magistrado antes de lanzar una diatriba sobre el robo y la religión musulmana. Un joven iraquí presente en el cuarto comentaba por lo bajo: "Espero que éste no sea el Código Penal de 1969".

El juez escribía a mano las declaraciones haciendo copias con papel carbón y tomando la firma de los declarantes con sus huellas digitales. En menos de 15 minutos decretó que los hermanos debían pasar una semana en la cárcel hasta que se reúnan más pruebas contra ellos. En el interior de los cuartos donde se celebraron las vistas no hubo estadounidenses presentes, pero fuera, uno de sus oficiales atendió las protestas de los jueces y funcionarios iraquíes y prohibió a los cámaras y fotógrafos tomar imágenes de los detenidos. Ayer, en el juzgado, todos los magistrados estaban dispuestos a hacer declaraciones. "No cobro mi sueldo desde hace dos meses", señalaba Abdelsoher el Jalabi, de 49 años, 16 de ellos como juez. El Jalabi negó con rotundidad haber recibido instrucciones de los estadounidenses sobre cómo aplicar la justicia. "Además, todos los archivos del Ministerio de Justicia han ardido en los saqueos; mejor así".

[Dos soldados estadounidenses murieron ayer en Bagdad en sendos incidentes, uno alcanzado por un francotirador y otro en un atentado a cara descubierta, informa Efe].

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de mayo de 2003