Convergència i Unió salió al ataque en estas elecciones municipales, pero el socialista Pasqual Maragall ha pasado a la ofensiva. De esta manera, los comicios locales se han convertido en un aperitivo entre el tridente nacionalista (Jordi Pujol, Artur Mas y Josep Antoni Duran Lleida) y el candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat.
Pasqual Maragall comparó ayer en Sant Feliu de Llobregat al Gobierno de CiU con un grupo de propietarios que "han administrado la democracia, unos señores que decían que representaban al pueblo de Cataluña y lo han hecho en beneficio propio". Anteayer, el dirigente socialista ya advirtió de que el Gobierno de la Generalitat no podría pagar las nóminas de sus funcionarios en otoño.
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Jordi Pujol le respondió desde Cassà de la Selva con dureza y le acusó de sembrar miedos y desconfianzas. "Estén todos tranquilos; no hagan caso de estos alarmismos y estas ganas de crear miedo", dijo Pujol. Siguiendo al presidente, tanto Duran Lleida como Artur Mas abundaron en este asunto. Ambos aseguraron que sus afirmaciones le "invalidan" como candidato a la presidencia de la Generalitat. Mas fue algo más allá y le acusó de "falta de ética".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 11 de mayo de 2003